De Ramírez a Ramírez

Aparte del apellido "Ramirez", Ramon y Guillermo no tienen muchas cosas en comun.

Uno es nayarita, mundialista, con la imagen a cuestas de ser un ganador, tratando de clausurar el ocaso de su carrera ante sus paisanos en tierra ajena y con la tarea de construir los cimientos en las nuevas generaciones del proyecto Chivas en su calidad de embajador de la institución.


El otro proviene del caribe guatemalteco, un tanto exótico con el prototipo de "Reggae Boy", con la ilusión a cuestas de ir a su primer Mundial, pero convencido que en el Galaxy puede seguir acrecentando su historia en el fútbol internacional.


En la actualidad del tema Ramón y Guillermo Ramírez. Tan coincidente el apellido, como diferentes sus orígenes, pasados y futuros. Pero enmedio de tantas diferencias ambos tienen un punto de similitud: han llegado con la difícil misión de revitalizar a los dos equipos de fútbol de Los Ángeles, la ciudad del fútbol por excelencia.


Para Ramón el asunto es un poco más complicado, porque llega a un equipo en formación, que inicia su primera aventura en la MLS con muchos jóvenes que esperan a escribir su semejanza una historia de triunfos con la institución rojiblanca.


Como alumnos adelantados de su doctrina futbolística aparece luego de la primera jornada, Francisco "Panchito" Mendoza de 19 años, que pese a sus condiciones innatas aún debe luchar por la titularidad.


Ramón sabe que debe dejar escuela en un alumnado extraño. El mundialista en Francia 98 aún conserva ese toque exquisito que lo distinguió en sus mejores años, y aunque está previsto que juegue muy en soledad, parece que tendría la suficiencia para definir partidos, eso siempre y cuando el estado físico se lo permita.


Al llegar a esta liga enfatizó: "La idea es poder encaminar a los más jóvenes hacia los proyectos de la institución y jugar lo mejor posible el tiempo que me queda de actividad".


De momento, el capitán de Chivas parece tener los argumentos necesarios para cumplir con sus objetivos.


Para el chapín la misión parece menos titánica, pero con sus respectivos inconvenientes.


El corpulento nativo de Livingston llega a un equipo ya formado, que lo reclutó ante la necesidad de reforzar la media cancha.


El "Pando" ha encontrado sobre la banda izquierda con su selección y en el primer partido con el club angelino, un oasis para desplegar su juego basado en la potencia y la técnica individual. Además, su tiro de media distancia ha pasado a ser uno de los recursos que lo ha llevado a ser incluso goleador en su país, donde en 2002, logró hacer 18 goles en 20 partidos, luego de retornar de su aventura por el fútbol griego.


Su capacidad para generar ofensiva, debería ser recompensada solamente si encuentra reciprocidad en la definición, de lo contrario en una liga que se rige por los números, su batalla podría ser inútil.


A diferencia de Ramón, el Ramírez "chapín", a sus 26 años no necesita dejar escuela, sino cultivar un estilo que le permita llegar a su etapa plena de futbolista con tintes de liderazgo.


Los Ramírez han llegado a la MLS con distintos objetivos, pero los dos han aterrizado marcados por el protagonismo.


Cristian Echeverría es reportero del diario
La Opinión
de Los Ángeles. Desde 1994 es reportero de fútbol y ha trabajado para varios diarios en Guatemala y El Salvador, así como para la revista
Don Balón
en sus ediciones de España y México. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o de sus clubes.