Un vistazo al tema del arbitraje

En fútbol se dice que es más fácil destruir que crear, en referencia a los equipos que funcionan en base a sistemas defensivos y que tienen en la especulación su mejor argumento para la búsqueda de puntos o de resultados.


Lo mismo se podría decir de quienes recurren a la cómoda tendencia a descalificar el trabajo arbitral que presta servicio a la Major League Soccer, sin reparar en el análisis, o tratar de encontrar las explicaciones del porqué la calidad de los jueces no ha acompañado al crecimiento del nivel futbolístico que se manifiesta en la liga luego de diez años de existencia, ni se equipara con los avances de la Selección Nacional.
La MLS apela a los árbitros que son producto de los sistemas de trabajo que tiene a disposición la Federación de Fútbol de Estados Unidos, la US Soccer, con programas educativos y de capacitación que se extienden por todo el país a través de las asociaciones estatales y de sus cuatro regiones.
La presencia de instructores internacionales, asignados por la FIFA y por la CONCACAF, permiten al arbitraje estadounidense acudir a cursos de actualización que resultan elementales para mantenerse vigentes y actualizados en el noble oficio de aplicar las leyes del fútbol.
Los árbitros son calificados y evaluados para verificar su condición de jueces internacionales y como tales, pueden acudir a competencias regionales y mundiales, lo que supone la adquisición de una experiencia invaluable.
Además, la U.S. Soccer hace una inmejorable labor, asignando con rigurosa puntualidad a sus hombres 'de negro', como se les conocía en el pasado, para oficiar en todos y cada uno de los juegos de corte internacional que se programan en territorio estadounidense.
Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, según los críticos, Estados Unidos no termina de producir árbitros de fútbol de calidad.
Una de las teorías, para intentar explicar algunos vicios o debilidades que muestran los jueces, es la influencia que pueden tener al oficiar en el circuito universitario, donde las propias reglas de la NCAA hacen una grotesca caricatura del manual del fútbol.
La suspensión del partido cada que un técnico pide "tiempo", como en otros deportes tradicionales estadounidenses, o la substitución ilimitada e indiscriminada, de jugadores en todo momento, incluyendo el reingreso de elementos que fueron ya retirados del terreno de juego, son un soberano atentado en contra de la escencia del fútbol, pero, además, resulta ese ambiente de anárquica ilegitimidad, la peor escuela para entrenar a jóvenes aspirantes a árbitros profesionales.
A los árbitros estadounidenses también les hace falta un seguimiento puntual del futbol internacional, una cultura más globalizada en materia de reglamento de futbol, para aplicar el criterio apropiado en cada encuentro.
Un claro ejemplo se puede dar en el caso de una de las disposiciones de la Internacional Board, el organismo al que recurre tradicionalmente la FIFA para fiscalizar las reglas del juego, que hizo una modificación a la Regla Once, la del Fuera de Juego, en el capítulo que se refiere a la posición adelantada pasiva.
La nueva interpretación obligaba a los jueces a señalar la falta hasta el momento en que el jugador en posición incorrecta, en fuera de juego, hacía contacto con el balón y produjo tantas complicaciones en su aplicación, que la FIFA dio marcha atrás y dejó vigente la tradicional forma de señalar la falta en la posición adelantada, al momento de que se realiza el pase.
Esta clase de disposiciones y modificaciones son boletinadas directamente por el Comité de Arbitraje de la FIFA a las asociaciones nacionales, para que éstas a su vez las turnen a sus colegios arbitrales.
Pero más allá de la obligación para leer y asimilar el boletín oficial o de recitar la regla al pié de la letra, un árbitro profesional debe estar al tanto de cómo se interpreta el espíritu de la regla en diferentes partes del mundo, para utilizar el criterio adecuado.
El mundo del fútbol se ha reducido y los eficaces y modernos medios de comunicación de nuestro días nos permiten en forma instantánea seguir lo mismo un mundial juvenil, que la actividad de la eliminatoria mundialista, o las competencias domésticas en Europa o Sudamérica.
Es decir, no existe forma de eludir la posibilidad y la responsabilidad de estar al día en materia de arbitraje, de interpretación del reglamento, a menos que el objetivo del árbitro sea el de fallar a su profesión.
Rigo Cervántez es un conocido periodista con más de 20 años de experiencia, trabajando con medios de renombre como Televisa y La Opinión. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.