Se diluyen en el tiempo y en la memoria colectiva las marcas de Eric Wynalda y esa definitiva década laboriosa de los noventa que matriculó nombres y hombres en la entonces reciente historia del fútbol en los Estados Unidos. Hoy ya empiezan a notarse los años construidos, y sobre esos cimientos se levanta la increíble figura de Landon Donovan, quien también se ha encargado de escribir lo suyo con base en el trabajo y la dedicación.
Hoy, otra vez, Landon levanta el trofeo del Mejor de los Estados Unidos y aunque pareciera una votación repetida y aburridora, no es más que la ratificación y el reconocimiento del periodismo norteamericano, que con ello premia su carrera. No en vano, Landon es el "buque insignia" de la Selección de Estados Unidos y alrededor de su figura se construye el dibujo con que desde lo táctico se maneja el combinado de las barras y las estrellas.
Quizá no sea lo que Donovan quiere, pero es lo que prioriza el sistema. Los jugadores deben jugar para el equipo arropados por un grupo que explote lo mejor de ellos, y ese es el caso de Landon, que en la selección es el eje del ataque cuando se tiene la pelota, pero es el primero en sacrificarse cuando se debe recuperar el balón. Su pique rápido en corto o demoledor en largas distancias contribuye casi siempre al contraataque y su velocidad mental para tomar decisiones es un factor clave cuando se aproxima al área rival.
Es cierto que el fútbol de Estados Unidos es todavía joven, pero el hecho que Donovan desde 1999 sea protagonista habla bien del sistema como del jugador, mas allá de haberse empezado a forjar no sólo desde su infancia por el instinto natural a los deportes, sino cuando eligió ser parte del programa de la clase inaugural de la Federación de Estados Unidos en Bradenton, Florida. Esto le significó llegar primero a la Selección que a un club profesional. Parece increíble, pero es cierto, porque su incursión en el seleccionado juvenil norteamericano del '99 en el Mundial Sub-17 de la FIFA lo catapultó desde niño a la fama.
De eso hace diez años. Allí recibió el Balón de Oro como el mejor jugador del campeonato de ese Mundial en Nueva Zelanda y en el que Donovan ayudó a su equipo para llegar al cuarto puesto. Perdieron el tercer lugar frente a Ghana dos a cero, pero la historia pudo ser diferente. Un desafortunado penal errado ante Australia le quitó a Estados Unidos la posibilidad de la final ante los brasileños. Ese equipo americano fue dirigido por John Ellinger.
Pero ese sería sólo el comienzo de una carrera llena de éxitos para Landon, que en el 2001 se haría símbolo de los San Jose Earthquakes, club con el cual brilló hasta su viaje a Alemania, en donde militó en el Bayer Leverkusen en el 2004 siendo a sus 22 años el jugador más joven de Estados Unidos en firmar un contrato en Europa. Volvió pronto del Viejo Continente y quizá ese sea el único reproche de su carrera, no por su capacidad sino por la decisión del regreso. Prefirió ser titular en su país, aunque quizá la paciencia lo habría podido llevar aún más lejos. Pero así son los futbolistas, y en este caso el capricho llegó de la mano con el triunfo.
Ahora en la MLS con el Galaxy y en la Selección sigue sumado méritos, minutos y goles. El Mundial del 2002 quizá le dio a Landon la más grande satisfacción de su vida futbolera al eliminar a México y llegar a cuartos del máximo certamen global.
Esta semana ganó por sexta vez el Premio Honda Futbolista del Año. Se dice fácil...en España hay Raúl y en Estados Unidos habrá Landon.
Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles y colabora con sus artículos en FutbolMLS.com. Todas sus columnas pueden ser leídas en su página www.mayorgadefrente.com