Segundo debut

Era el slogan de una popular, por entonces en Latinoamérica, y muy conocida crema facial que decían refrescaba y rejuvenecía el rostro de las mujeres. Quizá por ello su frase de combate comercial: "Segundo debut".


Era de Ponds, ahora que me acuerdo haberla visto tantas veces en los baños de mi casa. Eso fue Maradona hoy en y para Argentina. Su segundo debut. Con triunfo y con pasajes refrescantes para una selección que se anquilosaba y parecía dormir sobre los laureles individuales de sus jugadores. Hoy no. "Actitud" y "Camiseta" fueron dos palabras claves en el comienzo de la era Maradona que evidenciaron un sensible cambio especialmente reflejado en los primeros 25 minutos de este nuevo ciclo.


¿Pasaje Maradoniano? Quizá. Eso si la certeza de haber recibido un mensaje que parecía un mandato no impuesto sobre el tema de la actitud. Argentina terminó ante Chile, en la eliminatoria, caminando la cancha y sin ganas de jugar, mientras que comenzó frente a Escocia como ansioso gladiador en busca de una hazaña.


Algo va del mensaje Basile al discurso de Diego. Sí. Al de Diego y no como muchos incrédulos temieron antes del estreno que seria la Argentina de Bilardo motivada por Maradona. No se vio al "narigón", quien prudentemente se fue al palco de autoridades para de entrada marcar el territorio de las diferencias y dejar claro el mensaje.


Tampoco vimos al Diego atacado y ansioso de otras ocasiones. Vimos a un técnico tan prudente como nervioso. No por falta de experiencia, sino por exceso de significado. Todo lo de Maradona se potencia y tal vez por ello, él tampoco quiso robarles el show a sus "muchachos". Sólo sobre el final se dejó seducir por el pintado corral de la zona técnica de un estadio que ya conocía de su goles. Hoy ese escenario vio el segundo debut de Diego. Ahora como entrenador este Maradona rediseñado desde la puntualidad tendrá una agenda complicada con seis citas eliminatorias y cuatro amistosos exigentes que medirán la realidad de una Argentina que quiere un nuevo título Mundial en sus vidrieras.


Fue uno a cero ante Escocia con veinte minutos de fútbol Maradoniano y setenta más que nos permiten el análisis. No era para inventar "el agua tibia" como el mismo Diego lo describió en Glasgow. Fue una línea de cuatro en la que se vio a Heinze como central y no cambió a pesar de la salida de Papá y en la que Demichelis la rompió en cada pelota que luchó, ganó y jugó (todas con tilde en la 'o'). Un doble cinco con su capitán Mascherano hablando y con Gago distribuyendo fútbol desde el quite, con fluidez en Maxi y aun con una interrogante en Jonás Gutiérrez. Tévez como siempre fuera de lote y Lavezzi que quiso demostrar en un partido lo que sólo se puede hacer en un campeonato.


Por ello Maradona y su diagnóstico fueron acertados. El problema no era seleccionar jugadores, era cambiarles las ganas de jugar. Eso que ahora llamamos "actitud" y que se notó en el colectivo albiceleste aun después de esos 20 o 25 minutos de ensueño con los que comenzó la era.


Maradona desde el banco técnico. Fue el "segundo debut", el de refrescar el rostro, el de borrar arrugas y el de permitir un sueño. Encontrar un equipo de hombres como resumió al final del juego el nuevo técnico. Fue tanto el ruido de Diego en el mundo del fútbol que desde todos los rincones del planeta se habla de él. Nosotros deberíamos estar hablando de la final de la MLS, de la eliminatoria CONCACAF, de Estados Unidos y su fútbol, de México y de tantas otras cosas, pero Maradona, como tantas veces ha ocurrido en el pasado, destroza nuestra agenda.
Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles y colabora con sus artículos en MLSnet.com. Todas sus columnas pueden ser leídas en su página www.mayorgadefrente.comEste artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.