EAST RUTHERFORD, NJ.- D.C. United aseguró su clasificación a la ronda de playoffs de la MLS, al derrotar sin discussion alguna a MetroStars, en su propio escenario, por cuatro tantos contra uno.
El vencedor funcionó siempre mejor en el orden
colectivo e individual y aún en momentos en los cuales
perdía por la minima diferencia, se veía dentro del
terreno de juego, una idea mucho más clara de como
debía manejarse para dar vuelta el resultado primero y
luego intentar, explotando a la perfección los gruesos
errores del rival, conseguir el triunfo.
Las cifras finales son claras en establecer la
diferencia, convengamos que el segundo gol de D.C.
United, definiendo Ben Olsen solo con un excelente
golpe de cabeza, fue el comienzo del fin. De allí en
más, las pocas luces que le quedaban al local, se
fueron apagando y no extrañó la goleada, que incluso
pudo ser mayor a favor del visitante.
Pero no se estableció la superioridad en función de
los goles, sino todo lo contrario, las conquistas
llegaron como consecuencia de un padrón de juego
definido y por sobre todas las cosas, en esta
oportunidad más que nunca, porque Peter Nowak, tuvo
los protagonistas capaces de establecer quien era el
mejor dentro del terreno de juego.
Esta vez no quedaron dudas y ese fútbol de tanta
garra, de fuerza, de corage, dientes apretados en cada
pelota dividida, que generalmente está acostumbrado a
practicar el equipo que ha ganado ya nueve copas en
su historia, dio paso, no necesitaba otra cosa, a una
serie de atributos técnico-tácticos y a un fútbol
vistoso, que de haberse jugado en su campo, hubieran
permitido el delirio de los fanaticos locales.
D.C. United tiene claro a que juega, donde está su
fuerte y donde están sus carencias y las suple con
inteligencia y la jerarquía de varios de sus
jugadores. Y además MetroStars lo ayudó siempre,
refugiándose atrás, intentando un contragolpe
centralizado y poco preciso y fundamentalmente
olvidandose que el rival ponía solo tres hombres en el
fondo, que hubiera sido mucho más fácil agrandando el
terreno y por sobre todas las cosas, buscar llegar
arriba por el sector izquierdo de esa defensa, donde
Bryan Namof, es quizas el punto más vulnerable del
conjunto rival.
Fue un legítimo ganador el representante de la capital
de la nación, que esperó el momento propicio, sin
desesperarse, para capitalizar en goles su dominio del
terreno de juego, ante un rival que se quedó en
intenciones, que no pudo nunca hacer olvidar, que no
estaba en la cancha Amado Guevara, lo contrario del
rival, que disimuló a la perfección la ausencia de uno
de sus mejores talentos, el argentino Christian Gómez,
quien como el hondureño, por acumulación de tarjetas
amarillas, no pudo ser de la partida.
Como un enorme esfuerzo el primer tiempo fue victoria
del local y se pensó y generó en los muchos
aficionados presentes, la ilusión que se podría
mantener a lo largo de todo el partido. Pero poco a
poco, D.C. United se fue adueñando del balón, tocando
con precisión y colocando pelotas en profundidad que
le complicaron cada vez más el panorama defensivo al
conjunto de Bob Bradley. Aquella última zona, que con el
corazón más que fútbol, había aguantado los primeros
cuarenta y cinco, dio paso a las impresiciones y cada
vez grandes fueron las brechas que permitían transitar
con tranquilidad a los mediocampistas rivales, a esa
altura, dueños del balón y del panorama del encuentro.
Habían aguantado Tony Meola, impecable en el arco, y los
cuatro del fondo, a los que se sumaban Michael Bradley
y Mark Lisi, pero de allí en adelante, nada, y de esa
forma, con un balón que permanentemente va y viene
sobre el área local, se hace muy difícil jugar. Las
variantes intentadas no dieron los resultados
esperados y cada vez con mayor dimensión aparecía el
fútbol de un inspirado Jaime Moreno, el mejor jugador
de la cancha, de un Facundo Erpen, dueño de su área y
del joven Freddy Adu, que mientras le dieron las
fuerzas, jugó un muy buen partido, sin lucir en lo
individual, pero con un panorama de cancha, que
permite asegurar sin equivocarnos, que su fútbol
progresa día a día.
Ganó D.C. United y ganó bien. Por delante le espera un
futuro muy prometedor, como para ser, una vez más
candidato a estar en la final de la temporada.
MetroStars por su parte, ya no solo depende de sus
fuerzas, que ayudarán sin duda, aunque también
necesita de alguna mano de los rivales que todavía
pelean el último lugar y rezar y esperar un milagro,
que aunque sí existen, por lo menos yo lo creo, pocas
veces se afilian a espectáculos futbolísticos.
Y no nos podemos olvidar, porque corresponde, en un
partido difícil, el árbitro del encuentro Michael
Kennedy cumplió una estupenda labor y nos place
destacarlo, fue el hombre indicado para un encuentro,
que en lo previo se preveía mucho más complicado.
Robert Sierra, comparte la conducción del programa "Sólo Fútbol" y en las transmisiones radiales del MetroStars por Radio WADO en Nueva York, es un periodista con años de experiencia en Uruguay y en los Estados Unidos. Si quiere hacerle algún comentario, escríbale a Sierramls@yahoo.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.