BRIDGEVIEW, Ill. -- Sumar de a tres puntos y en casa le vino bien al Chicago Fire, que ganó su primer partido de la temporada en el Toyota Park gracias al triunfo 2-0 sobre Houston Dynamo.
Según el técnico rojo Carlos De los Cobos, el resultado fue justo por lo realizado sobre el terreno de juego.
“El equipo jugó bien y esta victoria es un premio, uno merecido, por el buen trabajo que se hizo”, dijo el estratega mexicano.
“Para nosotros el encuentro era importante por ser contra un rival que ha sido consistente a lo largo de recientes temporadas”.
Sin embargo, lo que deja más conforme al adiestrador es la evidente mejoría del Fire en comparación con el inicio del campeonato.
“Hoy fuimos mejores y creo que nuestros aciertos en lo colectivo superaron los pocos errores”.
Algo que sí molestó a De los Cobos fue la expulsión de Krzysztof Krol cuando el encuentro parecía estar resuelto.
“Fue un grave error de un muchacho joven que tiene muchos deseos y carácter, pero se equivocó al perder el control y eso es delicado, no debe suceder”, dijo en referencia al encontrón que tuvo el polaco con el mexicano Luis Ángel Landín, lo que le valió la roja directa.
Por su parte, el mismo jugador prefirió no recordar el momento en que perdió la cabeza y dejó a su club con un hombre menos.
“Sólo hay que pensar en lo que sigue porque honestamente todo pasó de manera muy rápida y no sé exactamente qué fue lo que pasó cuando fui expulsado. Es una lección aprendida y eso no se debe repetir”.
A diferencia de Krol, que seguro se ganó una reprimenda del su técnico, Tim Ward recibió elogios gracias a sus constantes descolgadas y participación en el primer gol.
“Todos me estuvieron animando y tras algunos malos partidos, es bueno sentir que hoy hice bien mi trabajo”, dijo Ward.
Mientras, en el vestidor de Houston, equipo que venía de conseguir una contundente victoria sobre Chivas USA en la jornada anterior, los naranjas no podían ocultar su decepción.
“Fue un partido difícil para nosotros en el que lamentablemente no se nos da el resultado”, reconoció Landín.
Según el artillero mexicano, la falta de claridad en ataque complicó las chances del Dynamo.
“Creo que nos desesperamos porque no se daban llegadas para concretar. Nos desesperamos, quisimos ir adelante y fue cuando nos meten el primer gol y en otra desconcentración se vino el segundo, y ya no pudimos remontar”.
Sobre el contacto, en ocasiones excesivo, Landín cree es propio de duelos como el disputado contra Chicago.
“Así son estos encuentros, son cerrados y ambos equipos quieren ganar y allí es cuando viene el roce y se caldean los ánimos”.