Una amistad entre fútbol, sueños y cenas

Chicago Fire

Las últimas semanas para el Chicago Fire han sido de constantes viajes, y el panorama no parece cambiar para las próximas. Hasta el cinco de octubre, cuando el Fire termine una gira por varias ciudadades, parte de la vida del hombres de rojo será vivida en aeropuertos y hoteles.


No es una tarea fácil y mucho menos cómoda. Pese a todo, hay jugadores que optan por pasarla bien, fortaleciendo las amistades que han nacido en el equipo. Es la fórmula de los hondureños Iván Guerrero y Samuel Caballero, viejos conocidos de la selección catracha y compañeros de habitación en las giras del Fire.
"Guerrero es muy buena gente aunque me hace pasar malos ratos", afirma Caballero, poniéndole picante al mano a mano de los dos "roommates" en diálogo con MLSnet.com.
El recio defensor aprovecha la ocasión para quejarse delatando a un Guerrero que apenas escucha.
"Por la mañana lo intento despertar para ir a tomar el desayuno, pero a él (Guerrero) le gusta dormir hasta tarde, pero cuando vengo con mi café y mis galletas, se despierta y reclama porque no le he traido. Además le he enseñado a jugar PlayStation y se ha vuelto adicto. Le tengo que decir que deje eso y coma".
Guerrero toma impulso para salir de su silencio. "Acepto que me gusta que me traiga la comida", dice Guerrero como siguiendo el mandato de poner la otra mejilla, pero realmente se trata de otro de sus amagues.
"Hemos compartido mucho en selección nacional y ahora para mi desgracia lo tengo aquí en Chicago. La verdad creo que a mentido pues el adicto al PlayStation es él. Estoy aburrido y voy a pedir cambio de habitación".
Los dos estallán a carcajadas. El tiempo de las bromas ha llegado a su final y ahora viene la reinvindicación. Caballero toma la palabra.
"A pesar de ser dormilón, es muy puntual. Está pendiente de salir a tiempo. Me gusta que sea tan responsable".
Guerrero no se queda atrás y cuenta más detalles. "Nos conocemos bien. Se cuando él no está bien. Es una persona muy tranquila y amigable con quien nadie tiene problemas. Hemos compartido mucho tanto en selección como ahora acá. Estamos disfrutando el seguir compartiendo como compañeros. Para mi ha sido un gran apoyo".
Según Guerrero, la clave de una buena amistad está en el conocimiento que tienen de cada uno. "Somos conscientes de que todos tenemos cualidades y defectos. Lo esencial es comprender al amigo o compañero porque a estas altura el tratar de cambiar o que te cambien ya no va. Le acepto como es, así como él me acepta a mi".
Ya en un terreno serio, los dos catrachos reflexionan sobre las concentraciones del equipo y las diferencias con experiencias anteriores en otras instituciones.
Para Caballero lo primero que marca diferencia es la libertad que tiene el jugador.
"Aquí es muy diferente comparado con el tipo de concentración que he vivido en otros equipos. Acá te dan la oportunidad de poder salir a comer a diferentes lugares así como te dan la opción de decidir la hora y lo que comes".
Precisamente esa libertad les ha dado la oportunidad de convivir con el grupo con quien ellos desean, sin tener que permanecer con el grupo de jugadores completo. "Como individuo puedes convivir con un grupo de compañeros de 1 a 4 en lugar de estar con todo el grupo en general. El grupo completo se ve justo el día del partido cuando tenemos el "pre-meal', que es la comida en conjunto antes del juego, y por supuesto en los entrenamientos".
Caballero reconoce que la misma libertad que el equipo les otorga les exige ser más profesionales y responsables. "El jugador es responsable y se reporta temprano. Esa es una de las cosas que he aprendido aquí, el jugador debe ser profesional independientemente de la libertad que se le da, aún con la posibilidad de hacer las cosas que le gusta".
Otra ventaja de formar parte del Fire para Caballeros es la oportunidad de convivir con los aficionados. "Por lo general en cada ciudad encontramos amigos, familiares y aficionados hondureños que se te acercan y te piden autógrafos. Hay hondureños que se te acercan y vienen por verte . Generalmente no mucha gente va a ver partidos de la MLS, pero al ver gente latina, la gente se acerca y te brindan todo el apoyo. Repartimos boletos entre amigos, familiares y los aficionados. Es bonito porque luego también nos vamos por ahí a comer con ellos y podemos disfrutar de los frijoles y los quesitos. Después de la convivencia viene la concentración completa con miras a cada partido".
Las horas al previa al viaje tienen una rutina establecida para Guerrero. "Me levanto a las 6:00 a.m. casi toda la semana porque quiero pasar un rato temprano con mis hijos antes del entrenamiento. Luego me dirijo al entrenamiento. Me gusta llegar temprano y ser de los primeros. Entrenamos de 10:30 de la mañana a 1:00 de la tarde. Luego regreso a mi casa para compartir otro rato con mis hijos. Planèo el partido y el viaje que se vienen porque no quiero perder detalle. Y cómo estarè fuera de casa, planèo lo que conviene hacer mientras no estoy y luego pensar solo en el partido. Un día antes viajamos y desde temprano me gusta estar concentrado porque solo se piensa en ganar el partido de turno".
Caballero vive una similar. En sus maleta añade su computador personal. El zaguero también se asegura pedir unos boletos de cortesía para darlos a familiares y amigos.
Una vez en la otra ciudad, Caballero y Guerrero salen brevemente durante la noche previa al partido para darse el gusto de comer en algún restaurante cercano al hotel.
"Lo que más nos gusta es la pasta. La pasta italiana nos gusta bastante. Cada que viajamos un día antes del partido la comemos si no es en el hotel la comemos en algún restaurante", confiesa Guerrero.
Tras la charla con MLSnet.com, Caballero y Guerrero partieron rumbo a Japón para concentrarse con la selección Honduras que jugará un amistoso con los nipones. Una convivencia más para los dos.
Raquel Ortiz colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.