Mayorga: Ha nacido una estrella

No es que vayamos a escribir sobre música y menos que ahora en un espacio que con afán periodístico siempre hemos dedicado al fútbol, hoy nos acordemos de la verdadera diva que nos iluminó en los ochentas como Barbra Streisand. No. Es que en los últimos días hemos asistido a través de la pantalla al lanzamiento no anunciado y menos publicitado de un futbolista de escasos 16 años y unos meses que con un desenfado especial se ha tomado las canchas peruanas para exhibir su calidad vestido con los colores del Tri mexicano.


Giovanni Dos Santos es el nombre de este niño que con un porte que nos recuerda los primeros años de Ronaldinho, se ha cansado de exhibir calidad, capacidad, alegría y condiciones en las canchas del Mundial y con su magia ha embrujado desde el primer minuto de su juego ante Uruguay a la crónica deportiva del Mundo. Enhorabuena dirían los españoles por este parto futbolístico que permite refrescar y mucho especialmente a las toldas mexicanas.


Se queja Lavolpe, como quizá también lo hacemos muchos de nosotros, de la carencia de jugadores de ese nivel en suelo azteca, pero el destino le tenía deparado a Ricardo Lavolpe esta agradable sorpresa para el futuro. No hay que perder la perspectiva y no podemos empezar desde ahora a pregonar el nacimiento de un nuevo Pelé o la aparición de otro Maradona. No. Es un gran jugador que ha sido manejado con cuidado y muy bien administrado en sus primeros años por su padre un ex-jugador del América de México y del León como Zizinho que prefirió llevarlo a España, verlo crecer desde las inferiores del Barcelona y vivir de cerca el proceso de crecimiento y formación del chico que ahora con la vidriera del Mundial se empieza a vestir los pantalones largos del mundo del fútbol.


Que clase exhibió ante Uruguay en su primer partido y que personalidad asombrosa como jugador mostró ante Australia. Porta la camisa ocho, pero su función en el campo es la del volante armador. Debería llevar el 10 por sus condiciones y por su talento, pero creo que lo que menos le interesa a Giovanni es el número de su camisa. A él, a su edad le importa México y su grupo. Juega para divertirse y eso es quizá lo que lo hace más atractivo.


La visión del campo que posee Giovanni y la manera como levanta la cabeza aplicando pausas en una edad en donde en el fútbol no existen treguas es otra virtud del jugador que no niega en su biotipo y en sus maneras que la sangre brasileña fluye por sus venas. La malicia mexicana también suma y mucho a la hora de las definiciones y esa encantadora mixtura lo convierte en especial dentro del terreno. De su mano México esta en los cuartos de final del Mundial Sub-17 y a su influjo se mueven niños como Alderete, Vela o Villalux que no quieren ser menos y se suman en la cruzada azteca por un titulo de esa magnitud en sus vidrieras.


Ya no hay disculpa para que Lavolpe hable de carencia de calidad y ya desde el mismo México empiezan algunas voces a levantarse pidiendo sea incluido en la lista grande del Mundial de Alemania. Quizá no juegue allí, como no lo hizo Ronaldo en el Mundial del 94 en aquel Brasil de Parreira, pero sí sería bueno que ese roce entre los grandes en la familia del Mundial Mayor le ayudará a Giovanni a madurar para pensar en grande.


Pelé pudo ir al mundial de Suecia con solo 17 años no cumplidos y ser desde allí el Rey del Fútbol. A Maradona, Menotti le negó en el 78 esa vitrina, pero lo exhibió con orgullo un año más tarde en el Mundial de Japón 79, un Sub-20 que catapultó al 10 a esa estratosfera de la que nadie -ni los males ajenos- han podido descenderlo. Porque no apostar por Giovanni con los grandes del tri en el Mundial para que conviva con ellos y sienta el olor de los eventos en el más grande certamen del planeta.


Solo falta que Giovanni ahora en Perú redondee su faena, como en los toros y salga por la puerta grande y en hombros. Se que puede. En 180 minutos le ha demostrado al mundo sus valores. Manejémoslo con prudencia, pero no le quitemos lo que ya todos sabemos que de verdad tiene.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles.