TORONTO - Satisfecho pero cauto en la celebración del primer triunfo de sus dirigidos, el entrenador de Toronto FC Mo Johnston reflejó una cara diferente luego de concluir el partido, en el cual no sólo cosecharon sus primeros tres puntos, sino que lo hicieron de forma convincente y contundente, ante un Chicago Fire que de nuevo volvió a terminar apagado.
Johnston dijo que estaba satisfecho por la forma cómo el equipo respondió esta vez en la cancha, respondiendo de forma diferente a la afición que ansiaba gritar a todo pulmón los goles.
"El esfuerzo de todos fue tremendo. Danny Dichio estuvo extraordinario, Ronnie O'Brien dio todo lo que pudo, pero puede dar más cuando se recupere plenamente de su lesión", comentó el adiestrador.
Otro que ganó los elogios del técnico fue Andrea Lombardo, quien a pesar de haber jugado 90 minutos con la selección canadiense la noche anterior, demostró que su juventud le permite hacer cosas extraordinarias.
Haciendo un ligero análisis de cada una de las líneas de su cuadro, Johnston dijo que respondieron bien a todas sus exigencias, ya que Chicago Fire es un gran cuadro, que toca muy bien el balón.
Agregó que el triunfo puede abrir las puertas para que el equipo tenga más confianza, sobre todo en la delantera. En este sentido, dijo que este domingo llega a Toronto un delantero internacional que observará el partido del miércoles, contra Houston Dynamo, y que posiblemente venga a reforzar al equipo de expansión.
No quiso revelar el nombre de este goleador misterioso, pero aseguró que en el caso de lograr un acuerdo, pronto se dará a conocer.
Mientras tanto, en los vestidores de Chicago el ambiente no era tan halagador que digamos, sobre todo considerando que la caída por 1-3 ante Toronto FC fue la segunda derrota al hilo del equipo de fuego.
El expulsado Diego Gutiérrez expresó su malestar por la decisión del árbitro de mostrarle la cartulina roja, ya que no tuvo nada que ver en el intento de bronca y, al contrario, quiso ser apagafuegos de los ánimos calientes, pero salió quemado.
"El réferi se equivocó. Yo llegué a tratar de calmar los ánimos, en el intento caí junto a otro jugador de Toronto, y por eso me gané la roja", se justificó.
Comentó que ese fue sólo uno de los tantos desaciertos del árbitro Silviu Petrescu.
"Lamentablemente hay árbitros que quieren ser protagonistas de los partidos", disparó.
Romy Hernández colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.
