Perlas de importación

Estados Unidos y México han atizado una rivalidad deportiva tan intensa en los últimos 15 años que casi va adquiriendo el rencor futbolístico que prevalece en cualquier Brasil-Argentina.


La soberanía histórica de los aztecas en la CONCACAF solamente ha tenido un parteaguas con el desarrollo del futbol en la suelo estadounidense, que dentro de sus planes -utópicos y atípicos pero al final efectivos- contemplan la obtención de la Copa Mundial de 2010. Ya existe un clásico en el área y para odiarse dentro de la cancha necesitan del otro. Ya se han dado a la tarea de escribir antecedentes dolorosos para cada una de las selecciones en las últimas rutas al Mundial y los Juegos Olímpicos. Ambos pueden presumir de arruinar los planes del otro.
Pero aunque literalmente son dos selecciones opuestas, ambas coinciden en la idea de haber encontrado fuera de sus fronteras a la joya que en teoría liderará su próxima generación y les ayudará a cambiar su historia.
Los aztecas han puesto los ojos en Giovanni Dos Santos, hijo del ex jugador brasileño Zizinho, quien militó en América y León, y que en el actual Mundial Sub-17 se ha convertido en la sensación del torneo.
Los norteamericanos iniciaron el año anterior con lo que sería la cosecha de su extenso trabajo de fuerzas básicas, reclutando para la MLS a Fredy Adu de origen ghanés pero naturalizado estadounidense, ya tiene en sus espaldas tres mundiales juveniles: uno Sub-17 y dos Sub-20.
Ambos son tan distantes futbolísticamente, como coincidente en sus antecedentes. Dos Santos es elegante, un creativo nato y con la "gracia" que solo el brasileño tiene para jugar futbol. Su presencia en el Barcelona lo puede hacer crecer hasta que logre ser la figura que todo México espera.
Algunos ya piden su presencia en Alemania 2006, y eso agregado a que puede ser opción para otros mundiales juveniles y los Juegos Olímpicos del 2008, tienen a Giovanni como el candidato ideal a ese redentor en la mediacancha que los últimos técnicos del Tricolor han reclamado.
"Este no es un problema nuevo (la falta de un creativo), desde siempre se habló que no había un 10 natural en la selección", afirmó en su momento, el técnico Javier "El Vasco" Aguirre, poco antes de iniciar su participación en Corea/Japón 2002.
El Mundial en Perú sería la gran oportunidad para ratificar con un título, que está preparado para ayudar a México para que dé ese último paso que siempre le ha faltado. De momento, ya marca diferencia entre sus compañeros y aunque no es profesional, tiene la ventaja que viene de un contexto donde solamente los más fuertes sobreviven.
Adu, por su parte, es el prototipo de jugador africano: explosivo, con un dribling endemoniado y una potencia física, que por momentos, haría dudar de su edad. Aún estando en la mira de instituciones como el Ajax de Amsterdam y el Inter de Milán, el pequeño jugador prefirió quedarse cerca de su hogar, terminar sus estudios y fichar con el D.C. United, que ya le regaló su primer título a nivel profesional.
Freddy estuvo en el ojo del huracán porque se ha convertido de repente en uno de los jugadores mejor pagados de la liga a sus 16 años, y cualquier desliz de las selecciones en las que participa es considerado como un fracaso.
El muchacho tiene la ventaja que ya está quemando sus etapas: está aprendiendo a triunfar y fracasar, antes de cumplir la mayoría de edad. Aunque Bruce Arena nunca lo ha aceptado no sería raro que lo convocara a la selección mayor que participe en la próxima Copa del Mundo, donde quizá ni siquiera llegue a jugar, pero sí adquirirá el roce y la presencia que solo las competencias internacionales pueden dar.
Las diferencias son grandes, pero también la similitudes. Nadie sabe cuanto tardará Dos Santos en ganar el millón anual que gana Adu, o tampoco cuanto tiempo tardará el estadounidense en viajar a Europa y pertenecer a una institución tan grande como es el Barcelona.
Y aunque sí tienen muchas cosas que los oponen, también tienen algo que los une irremediablemente: a sus 16 años tienen la capacidad necesaria para encandilar dos naciones.
Cristian Echeverría es reportero del diario
La Opinión
de Los Ángeles. Desde 1994 es reportero de fútbol y ha trabajado para varios diarios en Guatemala y El Salvador, así como para la revista
Don Balón
en sus ediciones de España y México. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o de sus clubes.