Desolación en el vestuario rojiblanco

Hector Cuadros

Desolado. Herido. Silencioso. Transitado por rostros vencidos y hombros caídos. El vestuario de Chivas USA ha vuelto a ser un páramo.


Los jugadores hablan en voz baja. Evitan hablar del juego, como se evita hablar de las heridas. La derrota se ha vuelto una anécdota y el festejo se ha perdido más como aparente espejismo que como razonable meta.Hay esfuerzos. Parecen insuficientes.


Quedan ahí testimonios del fracaso. EL pizarrón mantiene los trazos duros de Hans Westerhof relatando la estrategia, puntualizando funciones y asignando parejas y rivales. Ese mapa de la posible victoria se queda como acta de defunción de una estrategia fallida.


Hay mensajes: en la pared hay una orden ("mandatory") para que todos acudan a estudiar. Inglés para quienes lo necesiten y español para quienes los requieran. 90 minutos marca la cita.


Westerhof aparece por primera vez con el rostro surcado de preocupación. Exige a a los jugadores que este domingo trabajen por su cuenta y en el infierno de la resaca por la derrota, recapaciten y saquen conclusiones. El mensaje es claro: el 1-3 no es el final de la travesía ni el fin del mundo.


Resistencia

Héctor Cuadros toma la palabra. Defiende al equipo, lamenta el revés, se atreve a flagelarse por las equivocaciones, a hurgar en los errores, pero sobretodo asegura que la propuesta de Chivas USA no debe variar aún con descalabros dolorosos como los que han sumado y como los que los han sumido en la tabla de posiciones.


"Esta derrota es muy triste. Dejamos todo dentro de la cancha, pero no se dan los resultados. Tenemos que seguir trabajando porque no podemos agachar la cabeza y resignarnos, sino reaccionar", explica.


Cuadros lamenta la contundencia del adversario y la forma en que un solo jugador, Jeff Cunningham, les sentenció el partido.


"Pagamos el afán de querer ganar el partido, de querer empatarlo. Cuando tienen el gol de la honra, te da la necesidad de ir adelante. Hemos perdido partidos porque hay jugadores muy rápidos en esta liga, nos meten en aprietos, no marcamos en ataque, ellos saben aprovechar los espacios, son demasiado veloces y es como nos han marcado la mayoría de los goles", aseguró Cuadros.

"No se nos dan las cosas y por eso terminamos perdiendo por tres o nos golean, pero el equipo no debe de cambiar su forma de jugar".
<strong>-- H&#xE9;ctor Cuadros</strong>

--¿Ante esta crisis, debe Chivas USA replantear su estilo. Es decir buscar puntos sin buscar espectáculo?-


"No, la filosofía de Hans es siempre atacar, siempre ir al frente. Igual si estás perdiendo o no, a él no le importa perder por tres o por cinco goles. Hans siempre quiere ir al frente, porque se va a buscar el empatar y el darle la vuelta al juego. No se nos dan las cosas y por eso terminamos perdiendo por tres o nos golean, pero el equipo no debe de cambiar su forma de jugar, porque entonces terminaríamos por no tener un estilo. Hans quiere que seamos ofensivos y que juguemos siempre verticales y tenemos que satisfacer esa necesidad, porque compartimos esa filosfía, porque nos gusta jugar así", dijo.


"Alcanzar esa forma de juego, dominarla, cuesta, cuesta mucho trabajo, cuesta reveses, y nos va a costar muchos partidos. Así le pasó a Hans con Chivas [de Guadalajara] también así le costó hasta que empezaron a darse los frutos que vemos ahora. Sólo nos queda trabajar hasta alcanzar la meta: llevar a esa filosofía dentro de la cancha", explicó Héctor Cuadros.


Chivas USA enfrenta dos salidas inmediatas: el miércoles jugará en Dallas y el sábado en Kansas City.


Y cuadros afirma que para esos encuentros, el Rebaño saldrá a proponer los encuentros.


"Es un panorama difícil, Pero insisto, vamos a seguir proponiendo los juegos y no como la mayoría de los equipos visitantes, que sólo se plantan a esperar a ver qué hacemos y contraatacarnos. Nosotros seguiremos siendo ofensivos, en casa y de visitantes", aseguró.


Rafael Ramos Villagrana es redactor del diario
La Opinión
de Los Ángeles, y colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.