Mas allá del fútbol

Nadie puede discutir en ninguna parte del mundo, que el fútbol es la manifestación deportiva popular más importante. Para muchos la única diversión que tienen a su alcance y quizás el único desahogo a tantos sinsabores que la vida les ha puesto en el camino.


Desde luego que para pensar de esa forma, habría que entender una filosofía de vida diferente, sólo accesible para quienes han tenido oportunidad de transitar por países en los cuales este deporte, es parte misma de la idiosincrasia de sus habitantes.


Pero sí está claro que la concurrencia a los estadios es masiva, que a la hora de un clásico Boca Juniors vs. River Plate en la Argentina, Peñarol vs. Nacional, en el Uruguay o Olimpia vs. Cerro Porteño en Paraguay por citar sólo tres ejemplos del continente sudamericano, se posterga absolutamente cualquier otra actividad y ni que hablar cuando se presenta la selección nacional, cita obligada para jugar, también desde la tribuna un partido muy importante.


Lamentablemente esa enorme fiesta popular, con un colorido único, cantos, alegría y todo lo habitual se ha visto empañada con hechos aislados, creados por inadaptados sociales que no son parte del fútbol, sino que han quedado en el debe de una sociedad a la cual no se han podido integrar. Desde luego que estos problemas no son propiedad del fútbol, como muchos lo han querido hacer ver, pero sin duda comprometen la presencia de la familia en los estadios. Nadie quiere arriesgar la vida de su esposa y mucho menos de sus hijos, por el simple hecho de presenciar un espectáculo deportivo.


Desde hace mucho tiempo atrás las autoridades que están a cargo de la organización de los diferentes torneos, han tenido la oportunidad de colaborar con la Justicia de cada país, para erradicar definitivamente los desagradables acontecimientos. En algunos casos lo han hecho, en otros, han preferido tomar tibias medidas que no aseguran absolutamente nada y llevan a que, por ejemplo en la Argentina, el Comité de Seguridad del Ministerio de Justicia, que preside el Sr. Javier Castrilli, tuviera que tomar la triste medida de sugerir que sólo se vendan entradas a los locales en partidos de importancia. Los dirigentes prefirieron esto a quedar mal con sus famosas barrabravas, que aunque parezca mentira, en algunos casos parecen tener voz y voto dentro de sus respectivas instituciones. Un Boca Juniors vs. River Plate no es lo mismo si en la Bombonera de los xeneizes sólo concurren los fanáticos locales, ni tampoco en el Monumental con los hinchas de los millonarios en forma exclusiva. Se pierde ese partido extra entre los parciales, que entre gente de bien, no tiene manera de pasar de una gran fiesta popular. En Europa en los últimos tiempos se han tomado algunas medidas más drásticas aún, arrestando y juzgando como graves delitos a quienes promueven hechos de vandalismo, muy común sobre todos con los seguidores de algunos clubes y de la selección de Inglaterra.


Ante este panorama tan preocupante, el fútbol norteamericano y su Liga, están marcando un verdadero ejemplo, con espectáculos limpios, donde cualquier aficionado puede concurrir con su familia a cualquier estadio, de la misma forma que lo hace para presenciar un espectáculo de Broadway. Esto no tiene precio. Los escenarios en los cuales la MLS lleva a cabo sus encuentros, no necesitan rejas, ni distancia entre las tribunas y los campos de juego, ni guardias especiales para la custodia en la llegada de los equipos a los mismos. Cada uno puede ir a la tribuna y gritar lo que quiera y por quien quiera con absoluta libertad, sin correr ningún tipo de riesgo. Y por fortuna, nada hace presumir que estos habrá de cambiar a pesar del enorme crecimiento que en todo aspecto es ya una realidad.


Incluso cuando juega la selección de todos, me refiero a la norteamericana por supuesto, jamás se registran incidentes que hagan peligrar el normal desarrollo de cada juego. Algo digno de imitar, en un fútbol que crece, que aún tiene que continuar su ascenso tanto en lo técnico como en la parte táctica, pero que en lo relativo al entorno, está marcando rumbos que ojalá se tome como ejemplo en todas partes del mundo.