Vuelven los caballos

Juan Pablo "Loquito" Garcia

Mientras el mundo marcha aceleradamente dentro del camino de la tecnología, cuando los avances en todas la ramas se evidencian, cundo la globalización se toma el mundo en otras épocas distante de la comunicación y cuando la medicina cada día notifica extraordinarios descubrimientos que casi acercan al hombre al curioso sueño de la inmortalidad, el fútbol sigue con muchos de sus dirigentes aun a caballo y caminando por trochas de las que no quieren salir solo por el mezquino deseo de un enriquecimiento a costas de sus jugadores.


Increíble, pero cierto. Dos panoramas similares nos encontramos por estos días en América como continente. El uno al norte en México con el nombre de Juan Pablo García, una especie de "Bosman Charro" quien desde su rebeldía retó los esquemas y peleó con el famoso pacto de caballeros entre los directivos mexicanos que no permiten que un jugador quede en libertad después de cumplir su contrato de trabajo como lo estipulan claramente los estatutos de la FIFA. Aun así, "Loquito" o "Javán" como cariñosamente le llaman a García decidió esperar el final de su contrato con Atlas y negociar de ahí en más con la MLS de Estados Unidos para unirse a Chivas USA.


La ira se sintió en los pasillos de la Federación Mexicana de Fútbol desde donde "Manobeto" gritó con todos sus pulmones henchidos que iría hasta la misma FIFA para impedir que García se saliera del corral. Doble lectura del presidente Alberto de la Torre porque no sabemos si actuó en nombre del pacto secreto de los directivos o simplemente como expresidente del Atlas de Guadalajara. Por ahora Juan Pablo es ya parte del rebaño gringo y el enigma empieza a tener respuesta, mientras que dueños del fútbol mexicano se rasgan sus vestiduras para impedir que en el futuro otro rebelde dé el paso por encima de sus pretensiones.


Los directivos mexicanos que no se conforman con los pactos no escritos, sino que todavía someten al jugador cada año a una denigrante venta de piernas como si fueran semovientes en feria ganadera. Mas atrás en la historia todavía. No solo viven aún a caballo sino que exhiben grotescamente los brotes de una esclavitud afortunadamente abolida. Ellos -los directivos- la quieren mantener en el fútbol e ignoran el civilizado paso del tiempo y las enseñanzas de la historia.


Lo curioso es que el tema no solo es propiedad intelectual de los directivos mexicanos, sino que en Brasil, la tierra de los pentacampeones y de las grandes figuras, un hombre de apellido Teixeira que funge como presidente del mítico Santos, juega como quiere con la voluntad de Robinho y con los sueños del jugador que aspira como cualquier profesional a tener un puesto entre los grandes. El pobre Robinho ahora parece resignado, mientras Teixeira cada día especula más con el nombre del jugador pretendido no solo por el Real Madrid sino por varios grandes del viejo continente.


Robinho hoy por hoy es otro esclavo con un dueño que lo mantiene encadenado y aparte especula con él. Horror esto de lo que hoy tenemos que hablar en el fútbol. Algunos dirigentes nos devolvieron en la historia y solo les falta el terrible látigo en la mano para que la figura prosaica del pasado siga vigente en el siglo XXI. O la FIFA interviene rápido en este tema o el fantasma de la esclavitud se seguirá a esta altura feliz y disfrazado de dirigente deportivo.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles.