La fiesta grande, con un premio mayor

Carlos 'El Pibe' Valderrama

El Partido de las Estrellas de la MLS es el gran acontecimiento que marca la mitad de la temporada, además de ser una oportunidad única para la convivencia de todos aquellos que están involucrados en la organización de la Liga.


Un festejo único que involucra a técnicos, dirigentes, jugadores y periodistas, con una serie de actividades propias de tan importante acontecimiento, con el puntillazo final, dentro del campo de juego, de ver en acción a los principales jugadores de las dos Conferencias, en un enfrentamiento único, diferente al resto de los partidos que se dan a lo largo de todo el torneo.


La importancia de este enfrentamiento ha ido creciendo, y lo que comenzó siendo un simple compromiso para mostrar a las figuras de ambos lados, fue, con el transcurso de los años, adquiriendo una rivalidad muy especial, hasta convertirse en un pequeño clásico del fútbol norteamericano.


Nadie quiere faltar a la cita, que sirve además de cambiar opiniones y disfrutar de la compañía de gente que no se ve todos los días, para ver en el terreno de juego, juntas, a las grandes estrellas de cada equipo, en esta oportunidad además con el incentivo de poder, posteriormente, representar a la MLS nada menos que en Europa ante el famoso Real Madrid, en un encuentro de características excepcionales.


Por si fuera poco el espectáculo que siempre cuenta con un marco estupendo de aficionados, que seguramente colmarán las instalaciones del estadio Robert F. Kennedy de Washington, D.C. --escenario donde se disputa-- se le agrega a primera hora un plato fuerte, jugando el equipo que representó a los Estados Unidos en el Mundial 94, frente precisamente a las ex estrellas que pasaron y dejaron muchísimas enseñanzas por la MLS, en el comienzo de las actividades de la Liga.


Qu&eaute; más se puede pedir, por un lado volver a ver en acción al gran equipo que cayó recién en Octavos de Final ante el poderoso Brasil y por la mínima diferencia en uno de los torneos más recordados de la historia.


Ver otra vez en la cancha a jugadores que marcaron toda una generación, algunos aún en acción y triunfando tanto en el orden local como internacional, como Tony Meola, Earnie Stewart, Cobi Jones, Claudio Reyna o Joe-Max Moore, otros en la dirección técnica como Fernando Clavijo, ahora seleccionador de Haití y en la mayoría de los casos, jugadores que dejaron un recuerdo inolvidable como Thomas Dooley, Hugo Pérez, Michael Sorber, Marcelo Balboa, Paul Caligiuri, Tabaré Ramos o John Harkes.


Todos ellos se jugaron la vida en esa decisiva instancia del Mundial 94 y pasaron a la mejor historia del fútbol de esta nación. Y la mayoría de ellos volverán a la acción en el día del Partido de las Estrellas 2004.


Y para completar una jornada histórica, estarán también dentro del terreno de juego, aquellos que abrieron el camino para una Liga estable, sólida y con grandes perspectivas de futuro.


Quienes fueron la vidriera en un comienzo difícil, hace ya ocho años, lleno de dudas que se han ido disipando con el transcurso de las temporadas, para dar paso a esta realidad 2004, que va suplantando y no es fácil, esos nombres históricos por jugadores nacidos en los Estados Unidos, pero que de no haber sido por su presencia, nunca podrían haber surgido y que hoy por hoy, son base de la propia selección de Bruce Arena, nuevamente caminando muy firme rumbo al Mundial Alemania 2006, tras haber ocupado un dignísimo octavo lugar en el último certamen.


Quién no quiere ver en un terreno de juego las genialidades de un Carlos Valderrama, hoy apuntalando a la Liga en su organización. El Pibe marcó la mejor época de todas del fútbol colombiano, fue figura base de las principales conquistas de su país de la década del 80 hacia delante y luego, decidió jugar su futuro en los Estados Unidos, constituyéndose en una atracción extra dentro y fuera del terreno de juego.


Y junto a él Marco Antonio Etcheverry, un Diablo que pensamos no se iría nunca de la MLS. El boliviano sigue todavía dando de qué hablar y dejó enseñanzas y admiración no sólo en su querido D.C. United, sino en todo el país.


Y qué decir del salvadoreño Mauricio Cienfuegos, un pequeño gigante ligado a todo el desarrollo del Galaxy y de la Liga, querido por propios y extraños, jugadores de excepcionales condiciones técnicas, siempre recordado por sus memorables actuaciones dentro de la selección de su país.


Y como ellos tantos otros, pioneros de un fútbol que sigue hacia arriba, amparado en una base muy sólida, que superó resistencias y adversidades para, hoy por hoy, con mucho camino por recorrer, poder ya tener, en medio de una temporada única, un gran festejo con la presencia de todos y cada uno de quienes lo han hecho posible.


Y por supuesto, usted --que es parte grande de todo eso-- no puede faltar.