Gigantes de la CONCACAF

No vamos a escribir hoy sobre Jorge Bermúdez, aquel legendario zaguero que se paseó por Colombia, Portugal y España y que terminó siendo un símbolo de la zona defensiva en el Boca Juniors que dirigiera Carlos Bianchi y que de paso se lo ganara todo. No. Ese "patrón" ahora retirado y poco querido en las filas directivas del Boca está fuera del fútbol activo y poco es lo que sabemos de él, más allá de terciar en la distancia a favor de sus amigos como el Chelo Delgado en su última pelea con Mauricio Macri.


Pero el patrón del que queremos escribir hoy es de la selección de Estados Unidos que en su última salida eliminatoria en Columbus, Ohio reclamó esa posición de líder en la zona y demostró que no se gana con palabras sino con hechos y en el fútbol los hechos se demuestran con goles y resultados. Fue un dos a cero corto para la realidad del partido que pudo haber sido un poco más abultado en el resultado por el volumen ofensivo creado por los de Arena y por la propuesta vertical y ofensiva que desde el primer minuto exhibió el onceno de casa.


El juego estuvo precedido por el fuego cruzado de declaraciones, algunas de ellas intencionalmente tergiversadas, por personajes a los que quizá les conviene atizar el fuego y convertir un deporte en escenario de guerra. Claro que un partido de esas características no podía ser inferior en su publicidad y por ello parecía que todo valía antes del real juego de fútbol. Donovan jugueteó con el "spanglish" y eso le costó un poco de críticas que quisieron hacer del jugador estadounidense un agresor en contra del comportamiento social del mexicano. Así no era. Donovan simplemente uso una palabra que inglés significa una cosa y en español otra. Y ahí ardió Troya y muchos de los corresponsales del río grande hacia el sur jugaron con el término a tal punto que intentaron volverlo una agresión a la patria.


Por fortuna a ese límite no se llegó y todo se aclaró en los 105 por 65 de la cancha de Columbus donde una vez más Estados Unidos hizo sentir su superioridad futbolística evidente en los últimos años. Hace treinta y dos que México no puede ganar de visitante en la eliminatoria en territorio norteamericano y ya se suman seis que no gana el Tri en partido oficial Clase A a los Estados Unidos en casa de las barras y las estrellas. El tiempo pasa y la supremacía futbolística que antes ejercía el Tricolor sobre toda el área de la CONCACAF, ahora es solo un recuerdo histórico, anecdótico y lleno de fechas con estadísticas que solo nos recuerdan la última vez que...


Hoy por hoy Estados Unido terminó sexto en el Mundial de Corea/Japón eliminando justamente a México en los octavos de final y dándose el lujo, los de Bruce Arena, de codearse en la mismísima ronda de cuartos de final con el finalista Alemania, al que también estuvo a punto de dejar en el camino y una injusticia arbitral le frustró su cometido. Estados Unidos es el actual campeón de la Copa Oro, mientras México en el mismo torneo regresó a casa eliminado en los cuartos de final por Colombia en Houston y ahora en la eliminatoria camino de Alemania, Estados Unidos es el octavo equipo en clasificarse al certamen y el primero de su área aunque restan tres jornadas eliminatorias en su zona. México debió esperar un poco más y en el juego del "orgullo" en donde pretendía subirse al carro del Mundial fue el propio equipo de Estados Unidos el que se encargó de frenarle su ímpetu.


Entonces ¿quién es el gigante?, preguntó al final del partido en medio de sonrisas Landon Donovan. La respuesta en presente la sabemos todos después del resultado, pero hoy le cuesta trabajo a más de uno reconocer y aceptar la actual realidad de esos resultados. Lavolpe perdió la brújula y con ella parece perdió la lengua cuando intentó verbalmente minimizar al rival que acababa de obligarlo a morder el polvo. Las frases del técnico argentino de la selección mexicana solo son la expresión de enojo y frustración por no haber podido alcanzar una meta que se había trazado para una especifica fecha. Solo habría que aconsejarle a Lavolpe que es de caballeros reconocer la derrota.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles.