El panico escenico

Es un hecho evidente que ser jugador profesional de fútbol no es tarea fácil y que pararse en una cancha con estadio lleno y con un equipo que cuenta con altos niveles de exigencia es menos fácil. El aficionado paga y exige con mayor o menor intensidad, pero exige y a eso debe abocarse el futbolista que eligió esa profesión. Manejar los estados de ansiedad que provoca la competencia es parte de la tarea diaria no solo del jugador sino de quienes profesionalmente lo rodean en su club. Médicos, preparadores físicos, sicólogos y el propio director técnico deben conocer perfectamente el perfil tanto físico como psicológico del jugador para encontrar en él su más alto rendimiento.


Jorge Valdano desde su introspección muy filosófica del fútbol nos heredó una frase de dos palabras que resume perfectamente el comportamiento de algunos jugadores que por su naturaleza se sabe que son excelentes futbolistas, pero que en algunas circunstancias se sienten absolutamente bloqueados y no pueden demostrar en muchas ocasiones su verdadero potencial. Pánico escénico es la frase mágica que por estos días retoma actualidad si revisamos con alguna detención el comportamiento de algunos equipos y de jugadores que de por si portan el distintivo de estrellas y de otros que lo vivieron cuando debieron salir de su entorno natural y no pudieron triunfar en determinados mercados.


La muy joven Liga de la MLS en los Estados Unidos no puede olvidar el pobrísimo paso por sus filas de hombres como Lothar Matthaus que de ser un referente impresionante en el fútbol del mundo y en especial con la selección alemana o con el Bayer Munich, en el MetroStars de Nueva York solo fue una sombra triste que nunca pudo demostrar su calidad. El mexicano Luis Hernández fue otro caso similar, pero desde la trinchera del Los Angeles Galaxy en donde nunca pudo ser lo que en muchas ocasiones sí logro en México en clubes y en selección. De Hernández nunca supimos si fue pánico escénico o fiesta americana. El suizo Alain Sutter fue otro ejemplo de inoperancia en el Dallas luego de ser un figurón en el fútbol de Europa.


Pero mas allá de la MLS, México parece ser el mercado favorito de algunos que quieren vivir sus otoños deportivos ganando muy buen dinero y de otros que aunque quieren al final no pueden. Quien discute la calidad en su momento del brasileño Bebeto, pero se notó que llego al Toros Neza solo para cobrar en una situación muy parecida a la del alemán Bernard Shuster quien pasó por Pumas sin pena ni gloria. Ambos grandes, pero a México fueron solo por dinero. Caso diferente de otros que también fueron, pero no pudieron los del argentino Leo Rodríguez superestrella de Argentina y en el América de México no pasó nada e igual que Leo fue el caso del también argentino Sergio Berti o del chileno José Luis Sierra que en Tigres ni a ni b. En presente el América vive el drama de los muy renombrados, pero perfectamente inútiles Sebastián Saja, Horacio Amelli, Claudio López y el brasileño Djalminha triunfador en España, pero borrado en México.


Crucemos el Atlántico y nos encontramos con el crudo fenómeno del Real Madrid en donde jugadores como Walter Samuel dice que se siente como si no supiera jugar y otros como Beckham u Owen que no han podido con la Liga española. De allí y quizá por el mismo pánico salió corriendo el técnico Camacho. Y ni hablar de la Roma de donde huyó sin dar muchas explicaciones el alemán Rudi Voeller quien no pudo desde el banco técnico y en la cancha otro que siente algo extraño es el estelar Francesco Totti quien por estos días no levanta las piernas en la Roma aunque en él no creo que sea pánico sino agotamiento, ya que su vida gravita alrededor de la bellísima modelo y estudiante de periodismo Illaria Blasi que ella si parece tener a Totti de rodillas.


En fin pánico escénico, incapacidad, distracción, euros, dólares o mujeres, todo ello esta por estos tiempos afectando al mundo del fútbol.


Ricardo Mayorga es el primer comentarista de las cadenas Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Angeles.