Clásico caliente

Jared Borgetti

Bruce Arena dice que no teme a los abucheos del público en el Estadio Azteca porque no habla español; Jared Borgetti cree que Estados Unidos no ha evolucionado lo suficiente para complicarles, mientras que el entrenador argentino Ricardo Lavolpe sabe que no puede regalarle ni siquiera un punto al cuadro de las barras y las estrellas en casa para no volver a sufrir la presión incesante de sus enemigos. Ingredientes lógicos de una batalla que solo tiene 90 minutos para dirimir un vencedor y un vencido.


Más que un clásico, el duelo Estados Unidos-México se ha convertido en una guerra deportiva, luego de disputada la primera jornada. Cada uno tiene una deuda pendiente. Los aztecas quitarse el estigma de ser clientes del cuadro estadounidense en los últimos tiempos, mientras que los "gringos" querrían saber lo que significa salir con una victoria en la catedral futbolera de Santa Úrsula, un lugar solamente mancillado por Costa Rica en los últimos tiempos. Los dos retos son suculentos, pero también el precio de un desliz sería una probadita de hiel.
Las condiciones están servidas para presenciar un buen encuentro. Ambos cuadros iniciaron ganando el hexagonal final, ambos clubes son candidatos a ganar el hexagonal final, ambos tienen mucho que ganar y también mucho que perder en el duelo que sostendrán este domingo en la capital mexicana.
Se habla de factores. Arena enfatiza que le preocupa más la altitud que el rival en la cancha. México sabe que las 100 mil almas que los apoyarían en las tribunas del Estadio Azteca podrían ser también un hervidero de presión si no logran convencer desde el primer tiempo.
Pero también se mencionan ventajas. En el aspecto anímico, el equipo estadounidense tiene la ventaja de no llegar presionado a este encuentro por conseguir una victoria. Arena ya es un técnico centenario y según sus propias palabras, su equipo no llega a punto a este encuentro ya que sería hasta la quinta o sexta fecha cuando se vea el verdadero nivel de un equipo que sigue cobijando nuevas figuras como el mismo Ed Johnson.
México puede, quiere y debe ganar para mantener la armonía entre sus filas, para advertir a sus siguientes rivales que esta vez quiere de nuevo el primer lugar del área. La afición mexicana perdonaría cualquier derrota menos una ante los "yanquis", quienes en los últimos 15 años han presentado un ascenso notable en todos los niveles de su organigrama futbolero.
El México-Estados Unidos es un clásico de nuevo siglo. El mismo Ramón Ramírez, de Chivas USA, resumía que anteriormente la prioridad de México era superar a otros rivales de la CONCACAF, y que crear una rivalidad encarnizada ante EE. UU. era casi como criar camellos en el Polo Norte.
Pero independientemente de qué es lo que crean todos los involucrados en el este duelo, lo único cierto es que el engramado del Estadio Azteca será testigo del cierre de una historia y la apertura, consecuente, de otra.
Cristian Echeverría es reportero del diario
La Opinión
de Los Ángeles. Desde 1994 es reportero de fútbol y ha trabajado para varios diarios en Guatemala y El Salvador, así como para la revista
Don Balón
en sus ediciones de España y México. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o de sus clubes.