Chicago, otro escalón histórico

Un moderno estadio estará listo para la temporada 2006. El anuncio recorrió seguramente todo el territorio norteamericano y trascendió fronteras. Pero para la Liga no es un estadio más. Es un escalón de gran importancia, en el intento por seguir subiendo, imprescindible para alcanzar la meta. Una nueva casa para el fútbol, para este fútbol de los Estados Unidos que, no tengo ninguna duda, en sus nueve años de vida en serio, ha logrado más que la mayoría de las Ligas del mundo con antigüedad mucho mayor. Y sí es cierto, que el medio contribuye con un poderío económico relativo, pero que supera las posibilidades de la mayoría de los países del mundo. Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Solo hay que estar cerca para conocer el esfuerzo, aún en la equivocación, por lograr un objetivo anhelado por todos, un fútbol estable y competitivo a nivel local e internacional. El modelo norteamericano, discutido y diferente está funcionando. Es posible que no nos convenza en todos sus términos, pero debemos ser concientes, que es la única forma viable de seguir adelante.


En este caso fue el Chicago Fire. La construcción de su estadio se inició con la colocación de la anhelada 'Piedra Fundamental' y allí estuvieron orgullosos sus dirigentes, jugadores y fanáticos, apoyando lo que parecía en un principio ser un sueño y está a punto de transformarse en una gratísima realidad. El Comisionado Garber y el Gerente General de Chicago Peter Wilt junto al alcalde de la ciudad de Bridgeview Steve Landek, sellaron la ceremonia. El nuevo escenario deportivo contará con una capacidad de 20.000 espectadores, costará 70 millones de dólares y tendrá todo lo necesario para cualquier tipo de encuentros de fútbol, como así también albergará otras actividades deportivas. La ciudad de Bridgeview le abre las puertas al deporte de mayor crecimiento en el país y es posible que en la primavera del 2006 ya debamos jugar allí con el dueño de casa. La etapa del histórico Soldier Field, será solo un montón de recuerdos, imborrables algunos, pero aún reconociendo que se trata, luego de su renovación, de uno de los mejores estadios del país, demasiado amplio y costoso para poder utilizarlo en actividades locales. Es seguro que seguirá albergando siempre la actividad internacional de gran magnitud que llegue a la zona. Pero el Fire tendrá su casa, y su público le dará el marco necesario para sentirse local y disfrutar a plenitud de cada una de sus presentaciones.


No hace mucho tiempo inaugurábamos el Home Depot Center, el mayor orgullo de la MLS en cuanto a infraestructura. El moderno complejo deportivo de la ciudad de Carson, en California, es solo una muestra de lo que se puede conseguir con un gran esfuerzo. El Galaxy de Los Ángeles creció en un porcentaje increíble con el cambio de escenario, sin perjuicio tampoco de desconocer las bondades del Rose Bowl de Passadena, que cumplió su ciclo y bien importante por cierto. El nuevo estadio es la imagen de una Liga joven que apunta al futuro y un ejemplo para otros deportes, que encontrarán allí también las posibilidades de un mejor desarrollo. En el 2005, el Home Depot Center albergará dos equipos. Al Galaxy, se suma ahora la presencia de las Chivas USA, con tradición mexicana e histórica, que será uno de los puntos altos de la próxima temporada. El pequeño clásico de la zona, Galaxy vs. Chivas ya se vive. Esos partidos, a casa llena, serán la nueva vidriera del fútbol estadounidense y no tendrán nada que envidiar, aún salvando diferencias históricas, con otros grandes enfrentamientos.


Los anteriores son solo dos ejemplos, válidos por cierto, de grandes proyectos que están solamente esperando su oportunidad. Columbus, una pequeña ciudad del estado de Ohio, ha visto también cumplido su sueño. El Estadio Crew, con capacidad para más de 20.000 aficionados es otra muestra de infraestructura moderna adaptada a las necesidades del medio. Ese estadio es coqueto y práctico, exactamente lo que se necesita en este momento por parte de la MLS y vaya si los aficionados de esa zona lo han disfrutado.


Y a los anteriores se sumarán el nuevo Dallas, con un revolucionario proyecto que pronto se pondrá en marcha, adaptándose a las necesidades de un estado como Texas, donde el fútbol siempre ha sido bien recibido. Y los directivos de la nueva franquicia, el Real Salt Lake también aspiran y trabajan para llegar, aún sin haber debutado en la Liga, a tener su propio lugar.


Los anteriores no serán los únicos. Solo es cuestión de tiempo y de encontrar la comunión entre las grandes ideas y los deseos de superación y las posibilidades económicas de cada zona. En el futuro, yo no tengo ninguna duda, cada equipo jugará en su propio estadio y con el tiempo, éstos darán paso a otros de mayor magnitud. El Este del país, Washington y Nueva York sobre todo, donde tanto la construcción como los terrenos cuestan cifras inimaginables, también darán el salto. Ambos están esperando prontos, con todos los argumentos necesarios.


Los nuevos estadios son la base para un fútbol que no se detiene.


Robert Sierra, compartiendo la conducción del programa "Sólo Fútbol" y en las transmisiones radiales del MetroStars por Radio WADO en Nueva York, es un periodista con años de experiencia en Uruguay y en los Estados Unidos. Si quiere hacerle algún comentario, escríbale a Sierramls@yahoo.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.