Bonanza al ataque

Por estos días cuando todos nos concentramos en hacer un religioso conteo regresivo que nos lleve al Mundial alemán y cuando con lupa revisamos las noticias de cada selección nacional que estará presente en el certamen nos vamos encontrando con nuevos elementos que nos permitan dimensionar la grandeza del Mundial de Fútbol en unos casos por positivo y en otros por inquietante. Preocupante por ejemplo el momento futbolístico del anfitrión y los horribles resultados que se le dan a una Alemania que siempre nos acostumbró a ser no solo ganadora sino arrolladora y hoy nos da tristeza verla desde su humilde vereda de perdedora temporal.


Y hay que insistir en el tema "temporal", porque la situación de Alemania es similar a la que vivió hace cuatro años antes el Mundial y no podemos olvidar que en Yokohama fue el equipo que a la postre jugó la final contra Brasil que entre otras cosas había llegado a Oriente igual de golpeado que los alemanes, producto de una borrascosa eliminatoria en Suramérica. Así es el fútbol y por ello ese previo contexto en el que pretendemos colocar todos los elementos mundialistas, a la hora de la verdad y con un par de resultados termina siendo desvirtuado. Otra curiosidad similar le ocurrió en Corea y Japón a equipos como Argentina, Francia, Portugal e Italia que dos días antes de la inauguración eran archifavoritos y terminaron siendo los primeros en devolverse a sus países por falta de resultados.


Pero si hay cosas que de verdad pueden ser congruentes y salirse del marco teórico que generalmente nos deja la ilógica del fútbol. El trabajo de Estados Unidos es uno de esos elementos y la seriedad con la que la Federación ha manejado su preparación al Mundial apoyada en un cuerpo técnico coherente con su discurso y obediente de sus convicciones y propuestas. No sé hasta donde va a llegar Bruce Arena con el equipo de Estados Unidos en Alemania, pero no nos sorprendamos si este equipo al que llamamos cariñosamente "el equipo de todos" escribe una página especial en el Mundial del 2006.


La prensa mundial poco se preocupa de Estados Unidos y se concentra demasiado en los tradicionales de siempre quizá con razón. Porque Brasil es definitivamente tan favorito como vendedor, porque Argentina cuenta con la gran revelación Mundial al inmediato futuro en el apellido Messi, porque Italia sigue dando de que hablar en Europa a pesar del fútbol "chato" y mezquino de su liga, porque Holanda siempre es vendedora de emociones e ilusiones con la alegría de los tulipanes por el fútbol moderno, por lo que generan algunos reconocidos nombres desde la camisa de la República Checa, pero son pocos los que de verdad han mirado con sentido analítico al equipo de las barras y las estrellas.


Mejor así, sin tantos ojos encima y sin presión seguramente es más cómodo el trabajo de la selección norteamericana. Pero no pasemos por arriba el equipazo que tiene Estados Unidos desde Kasey Keller hasta Brian McBride por solo mencionar dos referentes históricos en cada extremo de la selección. Qué sana envidia da mirar el ataque de Estados Unidos y el exquisito problema del técnico para confeccionar su lista camino de Alemania cuando en la sola delantera cuenta con nueve jugadores y cuesta trabajo la elección.


Y no es broma ni gigantismo analítico. Es de verdad y revisemos esta línea por hoy de los norteamericanos para que nos demos cuenta del potencial con que cuenta este país en el fútbol no solo para Alemania sino pensando en el futuro. Ojo: Taylor Twellman, Clint Dempsey, Pat Noonan, Brian McBride, Landon Donovan, Damarcus Beasley, Eddie Johnson, Brian Ching y Josh Wolff. De ahí seguramente tres de ellos se caerán de la lista final, pero no por incapaces sino por falta de espacio. Qué bello y delicioso problema el de Bruce Arena con esta bendita bonanza de delanteros en la tierra de los arqueros.


Esa es solo una línea de Estados Unidos en su trabajo rumbo al Mundial. Por ello creo que el periodismo del mundo comete una bella injusticia al pretender ignorarlo.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles.