Tropiezo rojiblanco en Santos

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Afortunadamente para Chivas de Guadalajara, la noche del martes se topó con un Santos apagado y extinguido que sólo logró vulnerar a la visita mexicana con un destello efímero de Mauricio Molina en su duelo por el Grupo 6 de la Copa Libertadores.


Desgraciadamente, esa pincelada del volante a los 21 minutos de juego resultó suficiente para doblegar a un Rebaño angelino aún más desenchufado que su rival brasileño.


El zapatazo del mediocampista colombiano fue discutiblemente la única gracia de un partido enredado y desordenado, donde brillaron los defensores y hombres de quite, mientras escasearon las contribuciones de los agentes ofensivos, quienes, en vez aportar al espectáculo, pecaron de imprecisos y desacertados a la hora de distribuir el balón y generar fútbol.


Aunque es cierto que si de ganas y propuestas se trataba, los rojiblancos superaron al ex club de Pelé, pero, como dice la máxima: "los goles se hacen, no se merecen".


Fue así como en un saque de banda por el sector derecho, Molina se apoderó del esférico, dio un giro de 180 grados, tomó licencia para adelantarse unos pasos y, al ver mal posicionado a Luis Michel, soltó un cañonazo que se colocó entre las manos estiradas del portero mexicano y el travesaño, un golazo con todas sus letras que, además de encarrilar al Peixe a la cima de su grupo, significó la primera derrota del año para el cuadro de Efraín Flores.


Lo peor de todo es que Chivas pudo haber embolsado por lo menos un punto en su incursión en el Estadio Vila Belmiro, pero falló irremediablemente frente al arco de Fábio Costa.


Poco después de la apertura de la cuenta, un tiro libre de Xavier Baez pegó contra la barrera defensiva del Santos, desviando la trayectaria del disparo al otro lado de Costa, quien dio un suspiro de alivio mientras la pelota rozaba el poste contrario.


Sin embargo, los mexicanos no fueron los únicos que perdonaron a la hora de liquidar al portero opositor. Tanto Trípodi como Boas Pereira, ambos en la segunda mitad, desperdicieron oportunidades claras para sentenciar el partido antes del tiempo reglamentario.


Cuando el final era una cosa de minutos, Omar Bravo tuvo el empate al alcance, pero el delantero cabeceó picado y directamente a la pierna de un zaguero antes de impactar con el poste izquierdo.


Más acertados estuvieron los atacantes del Cruzeiro, que golearon 3-0 a Caracas FC para tomar el liderato del Grupo 1.


Guilherme, al minuto 9, comenzó la fiesta en Belo Horizonte cuando apenas transcurrían nueve minutos. Habilitado por un pase entre líneas de Wágner, el atacante venció por abajo al cancerbero Vicente Rosales con un disparo rasante que se anidó en el fondo de la red.


Casi 20 minutos después, en una jugada réplica del primer tanto carioca, aunque esta vez producto de la sociedad Marcelo Moreno-Ramires, la ventaja aumentó con un nuevo remate a ras de piso que batió la resistencia cariqueña.


Además de proveedor, Moreno inscribiría su nombre en la tabla goleadora a los 63 minutos al apoderarse de un pase al vacío de Charles, arrastrar marca y gambetear a Rosales para luego dirigir la pelota entre el ciudavallas y las piernas de un defensor para el 3-0 definitivo.


Mientras, Liga de Quito también se afianzó del timón de su sector (Grupo 8) con su triunfo 2-0 sobre Libertad de Paraguay.


Pese a quedar con diez hombres, por la expulsión de Enrique Vera en los últimos estertores del primer tiempo, los ecuatorianos apenas sintieron la falta de un hombre, implementando un juego práctico y efectivo en su cancha con embestidas ofensivas que ni Claudio Bieler ni Damián Manso supieron finiquitar.

Siguiendo la tónica de la fracción inicial, los universitarios arrinconaron al representante guaraní, que no pudo o no supo aprovechar su ventaja numérica, prefiriendo pararse en su zona y apostar al contragolpe. Sin embargo, mientras pasaban los minutos, quedaba la impresión que la táctica defensiva de los paraguayos terminaría frustrando las ambiciones locales.


Todo cambiaría a poco menos de 20 minutos para el final, cuando Patricio Urrutia lanzó un misil desde unos 35 metros que se incrustó en el ángulo superior izquierdo del arco. Joffre David Guerron Mendez puso la guinda a la torta con un disparo envenenado que oficializó el 2-0, la primera victoria del campeón ecuatoriano en la competencia continental.


Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.