Triste, larga y lluviosa la noche en D.C.

Jaime Moreno y el United no pudieron controlar la ofensiva de Brian Mullan y el Dynamo.

WASHINGTON, D.C.-- El bicampeón defensor Houston Dynamo derrotó 2-0 al D.C. United en el Estadio RFK, en la continuación de la temporada emelesera para ambos equipos, en un partido que fue detenido por casi tres horas por la lluvia inclemente y las fallas en el alumbrado eléctrico de la antigua instalación capitalina.


La lluvia ya había hecho de las suyas el pasado 4 de junio cuando obligó a suspender al minuto 19 el encuentro entre ambos equipos, y a reprogramarlo para la noche del 22 de julio, fecha en la que tampoco pudo jugarse por fallas técnicas.


La abundante agua que azotó el RFK dejó las condiciones del terreno completamente deterioradas, y la reanudación del encuentro tardó casi tres horas, cuando ya la mayoría de los 14.660 aficionados se habían marchado de las tribunas.


Houston hizo su parte al minuto 20, cuando Brian Mullan marcó el primer gol del encuentro, al rematar un balón que le habilitó su compañero Geoff Cameron, una anotación que dio la ventaja al Dynamo, y una evidente mayor tranquilidad para desarrollar el planteamiento táctico que ordenó el técnico visitante Dominic Kinnear.


Fue la segunda batalla en menos de una semana entre los campeones defensores y el club capitalino, después del triunfo Naranja 3-1 el sábado 19 en el tercer encuentro del Grupo A de SuperLiga, que vio finalmente al equipo de Houston clasificar con el Atlante de México a la siguiente ronda.


Al otro lado estaba un United, que al igual que su rival reaparecía en la liga, y que antes de competir con los equipos mexicanos marchaba embalado en el torneo local, rumbo a los primeros lugares de la clasificación en la Conferencia del Este, gracias a una seguidilla de seis partidos sin derrotas y con un Luciano Emilio inspirado con goles en cada uno de los encuentros.


Sin embargo, la actuación capitalina en la SuperLiga, en la que además de perder con Houston cayó vencido por Chivas y el Atlante, era la principal preocupación del técnico Tom Soehn antes del cotejo, ya que venía jugando con varios suplentes en los juegos internacionales, debido a un plantel plagado de lesiones y jugadores que han pasado recientemente por el quirófano.


Jaime Moreno regresó a la alineación titular de Soehn, y desde temprano en el partido salió con Emilio a anotar primero que su rival, algo que no había podido hacer en los últimos cuatro partidos.


Moreno y Emilio eran los más veteranos, y trataban de contagiar a sus compañeros de ese toque de sabiduría y tranquilidad adicionales, que siempre acompañan a la experiencia de los dos artilleros sudamericanos.


Una tarjeta amarilla por falta fuera del área para Eddie Robinson al minuto 17 contra un atacante capitalino detuvo las acciones, y el tiro libre cobrado con un disparo por la derecha resultó en una jugada que remató Moreno, con cierto peligro, pero sin consecuencias para la meta de Pat Onstad.


Cuando las acciones tomaban su nivel y comenzaba a hacer sus efectos la humedad y calor, Houston anotó el gol de abrir el marcador por intermedio de Brian Mullan quien puso su marca a un pase de Cameron, uno de los más activos en la zona de volantes Naranjas.


United abajo en el marcador por cuarta vez en igual número de partidos necesitaba remontar, y así lo intentó en los siguientes minutos. Soehn movió sus piezas temprano e ingresó a Rod Dyachenko por Pat Carroll, un movimiento que no incidió en el accionar ofensivo del Dynamo.


Inmediatamente, Dwayne De Rosario se escapaba con fuerza rumbo a la portería de Zach Wells, quien tuvo que salir y lanzarse para desviar el balón, en el comienzo de una ofensiva seguida del Dynamo, con unas tres llegadas clara en los últimos cinco minutos del partido.


En la última de ellas, Wells despejó otra vez para salvar su valla, enviando el balón por la raya final. Con el cobro del tiro de esquina desde la derecha llegó una jugada de varios remates de los artilleros Naranjas, pero el árbitro sonó el silbato por una falta cometida a favor del dueño de casa.


El sistema de tres delanteros de Soehn no se había hecho presente en el marcador, y aunque Fred, Clyde Simms y Devon Mctavish hacían su trabajo en el mediocampo, y Gonzalo Martínez bajaba a la zona de riesgo a rematar, nunca llegaron con firmeza en lo que iba de juego para amenazar la portería del equipo texano.


A pesar del día de descanso adicional debido a la suspensión del partido el martes 22, la pandilla rojinegra local y sus ilustres visitantes se veían presas de las altas temperaturas y humedad que caracterizaban el ambiente en el estadio.


De todas maneras, Houston era el que jugaba más cómodo por la ventaja y más libre de presión por lo que atacaba con mayor relativa facilidad, y se daba el lujo de mover el balón para abrir los espacios con mayor serenidad, todo lo contrario de lo que sucedía a los locales que se comenzaban a desesperar.


Eddie Robinson se había afincado mejor en su zona defensiva, y sus compañeros Waibel y Boswell lo secundaban para cerrar a tiempo cualquier espacio por donde se pudieran colar los delanteros locales Craig Thompson, Emilio y Moreno, quienes no vieron claridad en el ataque capitalino, al menos en la fracción inicial.


La anunciada lluvia quiso volver a dejar su huella en el enfrentamiento entre Houston y el United, y se dejó caer con mucha fuerza a partir del reinicio de las acciones en la etapa de complemento, con un fuerte aguacero similar al del 4 de junio.


La tormenta arreciaba sobre la grama del RFK y los fuertes vientos tumbaron otra vez la electricidad en el estadio, motivando a que en el minuto 54 el árbitro principal Ricardo Salazar detuviera el cotejo por la severa tormenta con fuerte vientos y relámpagos, similar a la que azotó a la ciudad la fecha original del partido.


La cancha estaba completamente anegada y las condiciones eran adversas para jugar al fútbol, sin embargo, el drenaje de la cancha funcionó bien y muchos trabajadores del estadio retiraron el agua del terreno, permitiendo la reanudación faltando veinte minutos para la medianoche, con un tiempo total de suspensión de 2 horas y 54 minutos.


El partido se reinició con una grama muy anegada y una persistente lluvia que seguía cayendo sobre la cancha, aunque eso no fue impedimento para que Houston regresara a su actividad ofensiva y llevara peligro sobre la hora de juego por intermedio de De Rosario, Brad Davis y Brian Ching.


En diez minutos, los artilleros rivales, Emilio por el United y De Rosario por Houston, habían visto el cartón amarillo por entradas fuertes contra sus rivales, sin malas intenciones pero sin balance por lo resbaladizo de la cancha.


Era increíble, pero todavía permanecían unos cien aficionados del D.C. en la Barra Brava, quienes cantaban en apoyo a sus parciales y a la vez daban ánimos a los visitantes porque era la única bulla que había en el estadio.


Al 68', Brad Davis metió un potente disparo por el sector izquierdo que pasó rozando el arco protegido por Wells, un tiro peligroso que puso a temblar a los defensores capitalinos.


Lo de Houston no era cuento, sabían que habían esperado mucho para asegurar este partido y sus volantes apenas dejaban pasar el balón de la zona media, donde contenían cualquier avance del rival.


Clyde Simms respondió con un remate de larga distancia, que salvó espectacularmente el portero Onstad, lanzándose hacia su mano izquierda y sacando el balón que parecía el empate del club local, una acción que emparejó más la balanza en lo que iba de reanudación del cotejo.


Francis Doe ayudaba a Emilio y Moreno al frente, tenían ganas de fabricar jugadas pero el balón no rodaba y detenía su curso sobre la grama sin llegar a su destino.


Hubo una falta contra Houston al 78', y en el saque en los tres cuartos de cancha Onstad se demoró mucho y vio una tarjeta amarilla por retardar el juego.


Al 79' llegó otro baño de agua fría, el segundo de la noche encima del D.C., cuando Davis le pasó un balón a Ching, y éste remató sin contemplaciones para un 2-0 que se hizo inalcanzable en el marcador.


El colombiano Gonzalo Martínez vio su segunda amarilla de la noche y debió abandonar el terreno dejando al United con diez hombres, una situación que hacía ver más difícil la remontada con seis minutos remanentes de juego, que no fueron suficientes para evitar la caída ante Houston.


Miguel Guilarte es editor de deportes de El Tiempo Latino de Washington, D.C. y colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.