Marea Roja azota al Revolution

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CHICAGO - La primera presentación en casa del Chicago Fire en la temporada 2008 no pudo ser mejor para el cuadro rojo. Goleó, gustó y se vengó de su verdugo de la última Liguilla.


El 4-0 sobre el New England Revolution dejó a todos contentos, desde los jugadores hasta el cuerpo técnico, sin olvidar, por supuesto, a los más de 15.000 hinchas en el Toyota Park.


Prometía mucho el duelo y los dueños de casa cumplieron. De hecho, sólo les hizo falta 45 minutos para sentenciar el partido. Las cuatro anotaciones cayeron en el primer tiempo. Fue también en esa fracción inicial cuando los visitantes sufrieron la expulsión de Jeff Lawrentowicz, dejando a los locales con un hombre más durante gran parte del encuentro.


El historial entre el Fire y los Revs prohibía a los equipos especular, por lo que las emociones estuvieron a la orden del día apenas sonó el pitazo del colegiado Baldomero Toledo.


Apenas transcurría el minuto cuatro cuando Justin Mapp se mandó por la banda izquierda y avanzó con pelota dominada para luego enviar un centro a ras del césped. Al encuentro con el balón llegó Chad Barrett, que entre los defensas remató con certeza para inaugurar el tablero.


Como respuesta a la anotación, el Revolution tuvo en un tiro de esquina la oportunidad de conseguir la paridad.


Apenas se emparejaban la acciones cuando una dura entrada de Larentowicz sobre Brandon Prideaux le valió la roja directa. Fuera de si mismo, Shalrie Joseph se ganó una tarjeta amarilla con color rosado por reclamar airadamente la polémica decisión de Toledo.


Ya calmados los ánimos revolucionarios, el Fire de inmediato comenzó a aprovechar su ventaja numérica, adueñádose del esférico y acosando al arco de Matt Reiss con llegadas de Chris Rolfe y Barrett, artilleros que buscaban aprovechar las habilitaciones del Temo.


Este dominio se tradujo en el segundo tanto de la noche al minuto 22, cuando Tomasz Frankowski anotó su primer gol con la casaca roja. Tras insertarse en el área rival sin ningún tipo de resistencia, Barrett quiso tocarla a un compañero, pero terminó rebotando en el portero. Aprovechando el regalo, el polaco remató frente a un defensa para ver como el balón lentamente superaba la línea de sentencia.


New England buscaba una respuesta a través de avances esporádicas, casi siempre mediante contraataques que eran bien controladas por la defensa local.


Cuando los Revs lograban reorganizarse para acortar distancias, Chicago les propinó un nuevo golpe al abultar la cifra, aunque con la colaboración del juez principal.


Perseguido por Sainey Nyassi dentro de la zona caliente, Justin Mapp se dejó caer y Toledo mordió el anzuelo, cobrando un penal inexistente a favor del Fire. Blanco, con la seguridad que le caracteriza, acomodó el balón para sacar un disparo imparable para Reiss.


La frágil defensa del Revolution sólo veía como los hombres de rojo rondaban su área y se limitaban a esperar un balón mal tocado para mandarse de contragolpe, pero las opciones eran pocas.


Lejos de compadecerse de su rival claramente abatido, Chicago echó sal a la herida de New England, una vez más mediante una asociación entre Barrett y Frankowski. En esta oportunidad, el fornido delantero centró para que su colega europeo superara a la meta visitante con un inatajable disparo elevado. El marcador registraba un 4-0 y ni siquiera había terminado el primer tiempo.


Motivados por el orgullo más que nada, los Revs intentaron limpiar su imagen en el complemento. Adam Cristman, quien vio mal parada a la zaga local, avisó poco después de volver de camarines, pero el portero Jon Busch estuvo atento para rechazar. Sin embargo, el peligro no se alejó del todo del área roja y Mauricio Castro amenazó con descontar, aunque esta vez Bakary Soumare reventó la pelota a un tiro de esquina sin consecuencias.


Aunque faltaba mucho fútbol por jugar, el daño ya estaba hecho. Era sólo una cuestión de cumplir con el trámite y dejar que el reloj se encargara del resto. El nivel de juego cayó notoriamente, pero nada de eso le importaba al Fire. No solamente había ganado, sino había ganado con categoría.


Raquel Ortiz colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.