Leyes ocultas

El fútbol dejó de ser hace mucho tiempo un juego lleno de diversión y con tanta competencia de alto vuelo pasó a ser un súper negocio en donde los más expertos en todas las ramas terminan por imponer su ley. Mucho más allá de las canchas, esas desde donde analizamos los partidos que de verdad le importan al público y allí desde donde revisamos la evolución física de un deporte que alcanza magnitudes impensadas hace sólo veinte años, expertos en órdenes legales y abogados hoy por hoy especializados en el fútbol como tal se debaten en cortes y tribunales tratando por ahora de ordenar el mundo jurídico de un deporte que camina a velocidades increíbles y con la misma rapidez mediática que cualquier otra eventualidad social en el planeta.


Sí. Es de verdad y no quiero exagerar con el tema. Antes desde Europa -por cierto precursora en estos ambientes legales- nos llegó la Ley Bosman, esa que acabó de un plumazo ante la Unión Europea con la figura del jugador extranjero en el Viejo Continente. Ahora una nueva ley irrumpe calladamente con nombre y apellido gracias a un jugador escocés llamado Andy Webster, que hasta el 2006 no era más que un humilde anónimo del fútbol en las filas del Hearts de donde decidió un día salir, pero se encontró con el tradicional muro de los directivos que lo presionaron sin dejarlo jugar e impidiendo su marcha.


En el lenguaje de estos sectores le decimos: "lo borraron". Desesperado, el pobre Webster recurrió a un abogado conocedor de la legislación FIFA y luego de revisar con detalle encontró una salida acogiéndose al artículo 17, apartado 1 del Reglamento sobre el Estatuto y el Traspaso de jugadores de la FIFA, por el que siendo un jugador menor de 28 años y estar cumpliendo el tercer año de un contrato firmado por cinco, sólo tenía legalmente que abonar al club un dinero en compensación por incumplimiento del contrato.


Sobra anotar que ese dinero iba a ser un porcentaje por las dos campañas que le quedaban de acuerdo con el sueldo que cobraba. Auxilio. Gritaron desde la interna directiva los "popes" del Hearts, que recurrieron de inmediato a los tribunales de la FIFA y allí, luego de algunos encuentros en la Cámara de Disputos de la entidad, se falló un poco a favor del equipo al elevar la cifra de compensación de 150.000 a 625.000 libras. Pero como el mundo es de los que persisten, Webster se encaminó al TAS, que no es otra cosa que el Tribunal Internacional de Arbitraje Deportivo con sede en Lausana, Suiza, y allí se falló a favor del jugador, determinando que sólo debería pagarle al equipo 150.000 libras, equivalente al monto del valor residual del contrato de Webster con el Hearts.


Ganó Webster y ganaron los jugadores que a partir de esa sentencia manejan para hoy y para el futuro, pudiendo decidir cómo y cuándo romper la vinculación con su club. Claro que la ley tiene algunas explicaciones añadidas que incluyen las edades de los jugadores, los términos y los porcentajes a pagar en caso de llegar a esas instancias, porque también se protege al club durante los tres primeros años de contrato, pero si el jugador es menor de 28 años. Parece tema de abogados y de verdad lo es, pero quedó claro que la Ley Webster protege al jugador porque en todos los casos la compensación siempre iría relacionada con el dinero que estuviese cobrando el futbolista como sueldo.


En palabras menos legales: si al jugador se le paga muy bien cuesta más trabajo, pero si le pagan mal (o poco) y el club X quiere comprarlo y el club dueño del pase pide por él 20 millones de dólares, creo que ese equipo va a perder al jugador. Tiene el dueño tres opciones: o lo deja salir del contrato, o le sube muy bien su sueldo o se aguanta la Ley Webster y el jugador se va solo pagando -de acuerdo con su sueldo- lo que le resta de contrato. Uff.


Este mundo de hoy está lleno de herramientas, pero hay que saberlas usar, y el fútbol, muy moderno, vive a la velocidad de los grandes imperios.
Ricardo Mayorga
, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles y colabora con sus artículos en MLSnet.com. Todas sus columnas pueden ser leídas en su página
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. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.