La metamorfosis del Chicago Fire

Cuauhtemoc Blanco fue el gran catalizador de la remontada de Chicago en el 2007.

Pareciera que en el 2007 el Chicago Fire se sacó el premio mayor, ese que otorga al ganador un boleto para dar un paseo en la rueda de la fortuna con la duración exacta de lo que fue la temporada regular y Liguilla de la MLS.


Casi al borde del abismo en plena campaña regular, Chicago se sobrepuso a una serie de adversidades que hubiesen hundido a bastantes otros equipos. Ni los magros resultados cosechados hasta el momento ni el despido de su DT Dave Sarachan impidieron que el Fire se recompusiera, diera un giro futbolístico de 180 grados e y accediera a la Liguilla, donde se encargaría de dejar en el camino al gran favorito D.C. United en las Semifinales de Conferencia.


Sin embargo, un viejo pero no muy querido conocido bajaría al Fire de las nubes en la siguiente ronda. Por tercer año consecutivo, el New England Revolution eliminó a Chicago de la postemporada, esta vez con una espectacular chilena del delantero Taylor Twellman.


No cabe duda alguna que las llegadas del adiestrador Juan Carlos Osorio, el atacante Cuauhtémoc Blanco y el zaguero Wilman Conde fueron los detonantes para una remontada espectacular que permitió al equipo y a su afición soñar con el título. Aunque también se dio la incorporación del delantero Paulo César Wanchope, el tico no tuvo el mismo impacto que los tres susodichos. Eso sí, no se puede menospreciar el gol clave que la Cobra marcó en el Columbus Crew Stadium a comienzos de septiembre para otorgar tres puntos de oro al club.


Curiosamente, todo comenzó promisoriamente para el Fire. Aún bajo la dirección técnica de Sarachan, el cuadro rojo se mantuvo invicto durante las primeras cuatro jornadas de la competencia. Sin embargo, la máquina empezó a descomponerse en la primera semana de mayo tras sufrir su primer descalabro, mismo que llegó por cortesía de los Revs, y pasarían cinco fechas adicionales hasta que Chicago volviera a sumar de a tres. Esa victoria, un 3-2 sobre la Pandilla, parecía ofrecer a los hombres de rojo algo de oxígeno, pero lo peor estaba por venir.


"Tuvimos un buen inicio de temporada, pero luego atravesamos por una racha negativa", recuerda el presidente John Guppy.


Por si pasar seis encuentros sin saber de triunfos en la MLS fuera poco, el Fire fue eliminado en su primer desafío de la Copa Abierta Lamar Hunt, certamen al que entraba como campeón defensor.


El bombero emelesero tocó fondo el 20 de junio, cuando Sarachan fue destituido de su cargo.


"Los malos resultados nos llevaron a realizar algunos cambios. Fue cuando se tomó la decisión de cambiar de entrenador", afirma Guppy, reconociendo que no fue fácil despedir a un hombre que había dado tantas alegrías a la Ciudad de los Vientos.


La contratación de Osorio fue una de las varias maniobras realizadas por la directiva en busca de sacar a flote un barco que parecía destinado al naufragio. Antes de la llegada del nuevo timonel, la mesa gerencial provocó la euforia de la afición local al dar a conocer el fichaje de emblemático futbolista mexicano Cuauhtémoc Blanco.


"Esos mismos cambios fueron como la chispa que despertó al equipo porque de alguna manera se nos enviaba el mensaje que nadie tenía un puesto seguro en el equipo. A partir de entonces, todos empezaron a rendir", reconoce el veterano C.J Brown.


Para beneplácito de sus fieles y desconsuelo de sus detractores, al Águila de Fuego, quien debutó con Chicago el 22 de julio en un encuentro amistoso ante el bicampeón escocés Celtic FC, se echó el equipo al hombro, ganándose de inmediato el respeto y la admiración de los hasta entonces renuentes aficionados al fútbol.


"Además de su talento, Blanco trajo consigo mucha atención dentro y fuera del campo de juego, pero el aporte más importante es la cualidad de la auto confianza", dice Guppy. "Él tiene confianza en su juego y contagió a sus compañeros. No hay muchos futbolistas que pueden hacer eso".


Otro que le tiró flores al primer Jugador Franquicia de la historia de la organización fue el propio Osorio.


"Con su visión, Blanco demostró que es un jugador que tiene esas características como pocos y que las pone al servicio del equipo. Lo más importante fue el ánimo, la motivación y el profesionalismo mostrado siempre. Él se convirtió en uno más del grupo y demostró que no pretende ser la figura que se llevaba todos los elogios".


Al igual que Blanco, Wilman Conde, que llegó a expresa petición del DT colombiano, se demoró poco en acoplarse al equipo para establecerse como el baluarte de la zaga roja.


Gracias al cambio de entrenador, las llegadas de los refuerzos y una buena labor en el aspecto psicológico, el bombero emelesero empezó a mostrar una mejor cara. Entre el 29 de julio y el 21 de octubre, el Fire disputó 14 encuentros de liga perdiendo sólo dos, mientras sumaron seis victorias y seis empates.


"Fue una campaña que dejó buenos dividendos. Durante la temporada regular dirigí 15 partidos (uno de ellos un amistoso contra Cruz Azul de México), más tres de los playoffs, para un total de 18 con marca de 7-7-4, por lo que creo que podríamos decir que mejoramos. Inclusive los que perdimos fueron partidos en los que siempre el equipo estuvo peleando hasta el minuto 90. Se perdió con diferencia de un gol y sin que se nos pasara por encima", analizó Osorio.


Chicago culminó su milagrosa remontada de temporada con broche de oro frente al Los Angeles Galaxy. Con la expectativa sobre lo que fue el primer duelo entre Blanco y David Beckham, quizás las dos contrataciones más importantes de la historia de la liga, el Toyota Park rugió con más de 20.000 personas que deleitararon con uno de los encuentros más importantes del año. La victoria por la cuenta mínima de los dueños de casa cumplió con creces todas las expectativas de la afición que celebró la clasificación del Fire a la Liguilla con un gol sobre la hora de John Torrington, el héroe menos pensado.


Ya en la postemporada, Osorio y compañía primero se vieron las caras con el D.C. United, equipo al que superó con un global de 3-2 para avanzar a la final de la Conferencia Este. Lamentablemente, no tuvieron respuesta a la joya de Twellman y abandonaron el Gillette Stadium cabizbajos, tal como lo ocurrió en el 2005 y 2006.


"He estado en el mismo vestidor en las últimas tres temporadas y no quiero que llegue una cuarta vez", manifestó Guppy sin ningún rictus de sonrisa.


Más categórico fue el estratega cafetero al declarar que su club debió "llegar más lejos. Ante New England, hicimos suficiente para anotar y mandar al alargue. Por ahora puedo decir que hemos creado un espíritu de equipo que no había antes".


De igual manera, Brown espera tener mejor suerte la campaña entrante y dice conocer la clave para que así sea.

"Siempre deseas que tu equipo meta más goles. Se tiene que traer a un goleador, al hombre que sepa definir las jugadas de Blanco. Más importante aún, a hombres que entiendan el deporte, que tengan el conocimiento y, además, que tengan una mentalidad ganadora".


Aunque no entregó nombres concretos ni planes específicos, Osorio dejó bien en claro cuáles serán sus prioridades para el 2008.


"En lo futbolístico, lo principal que hay que hacer será reforzar al equipo, ojalá con un goleador. Se están haciendo las investigaciones correspondientes para que la decisión sea acertada".


Si hay algo que Guppy definitivamente no quiere repetir, es la falta de consistencia, los vaivenes y los sobresaltos.


"Creo que necesitamos salir con la consigna de ganar desde el primer partido de la temporada y no esperar hasta la recta final".


Raquel Ortiz colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.