El arranque mesurado de las eliminatorias

Es pretencioso buscarle respuestas lógicas a lo que definitivamente por su naturaleza nació y siempre ha sido "bellamente" ilógico. Por eso no quisiera adentrarme en el imperio resultadista y aterrador de números cuando apenas hemos visto la arrancada de la eliminatoria que más apasiona al planeta previo al Mundial.


Sudamérica dio sus primeros pasos camino a Sudáfrica y por ahora no parece haber descubierto nada nuevo. Si alguno lo hizo, aun no quiso mostrarnos su realidad, quizá celosamente guardada para mejor ocasión (digo yo) como si estas no lo fueran.


No podemos llamarnos a engaños con descubrimientos tácticos porque apostar por laboratorios y experimentar en estas instancias puede resultar caro y peligrosamente arriesgado. Si la aritmética pura no miente, sólo hay dos cupos para siete países, partiendo de la base lógica de que Brasil y Argentina, mas allá de sus puntos bajos, son puestos fijos en el 2010. Las plazas restantes son los que verdaderamente están en juego en una zona muy equilibrada en la que vi a Bolivia como único rezagado tras la paliza 5-0 propinada por Uruguay en el Estadio Centenario de Montevideo.


Los demás, como en el ciclismo, llegaran en un lote parejo buscando en el sprint definir la competencia. Nadie mejor que nadie, nadie con nada nuevo, poco riesgo en los sistemas, cautela -a veces excesiva- como en Bogotá, donde se vio un partido bien jugado por el local, pero que a las luces de la crítica internacional fue un nuevo descubrimiento para el insomnio. Y es aquí donde debemos empezar a acostumbrar nuestro ojo a los niveles de tolerancia que obliga el análisis de cada compromiso. Mal hubiera hecho Colombia con ser explosivo y pretender con base en alegría y entusiasmo mantener despierto al público si sale del "Campin" al final con la canasta llena de goles con sabor brasileño.


Quizá hoy muchos hablarían muy bien de la osadía colombiana ante Brasil, pero no habría puntos en el tablero. Las eliminatorias son justamente para sumar, hacer bien las cuentas y llegar al Mundial. Si a esa prioridad se le puede agregar buen fútbol, goles espectaculares, jugadores emblemáticos que sean figuras en su selección y de paso vendan mercadotecnia, como dirían en la Argentina: ¡bárbaro!, pero la prioridad es clasificar. El lunes pasado Pinto presumía tener los mismos puntos que Colombia en la pasada eliminatoria tenia cuatro jornadas después.


A Brasil no hay que defenestrarlo por uno o dos partidos. Cuidado, que son demasiados talentos y el fútbol es para seres humanos inteligentes que generan situaciones irrepetibles. Argentina suena y suena en su muy bohemia manera de ver el fútbol por los ojos de Riquelme. Si esa es la fórmula de Basile, también bárbaro. Ahora él (Basile), con el plantel que tiene a su disposición, sí está obligado a tener mucho más que un cobrador con la puntería afinada para los tiros libres, aunque en su primera salida a escena en Buenos Aires eso le bastó para liquidar a su rival y de paso para desorganizarle el libreto al muy trabajador y consagrado Marcelo Bielsa. Augurio: Bielsa va a tener que trabajar mucho para poder cambiar la mentalidad del jugador chileno.

Los demás en lo suyo. Callados y agazapados a la espera de dar el zarpazo cuando lo vean prudente. Uruguay lo hizo bien contra Bolivia sin darle tregua, Paraguay arrancó de observador y Venezuela - como en el boxeo inteligente - cuando el rival baja la guardia - se escapó de la "altura" de Quito con los tres puntos. A media semana el colorido baile y los paseos darán la vuelta al continente y de ahí sacaremos otras inquietudes, porque de conclusiones sólo hablaremos hasta diciembre del 2009.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles y colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.