Disculpa incoherente

En el fútbol no se puede confundir tanto al aficionado tratando de disimular los errores con el fácil escudo de culpar a terceros. Y el arbitraje parece ser el más indicado blanco de todas las críticas para en ellos descargar la falta de autocrítica que un plantel necesita. Lo vivimos en las últimas horas de la Copa Libertadores en una semana en donde aún se juega el certamen con el sistema de grupos y en donde los puntos suman lo que realmente valen.


América de México en el Monumental de Núñez jugando contra River pudo haber firmado una memorable victoria si hubiese capitalizado todo lo generado en los primeros 45 minutos, eso sí, con la complicidad hasta ese momento de un rival equivocado en el sistema. El equipo mexicano se dio el lujo de desperdiciar más de la cuenta y le perdonó la vida al Millonario argentino en la primera mitad. Pero el fútbol es reversible en la medida que se genere una productiva y positiva autocrítica que debe caminar paralela con los análisis juiciosos de lo que acontece en el terreno de lo táctico.


River hizo bien su tarea del intermedio y mientras Simeone rediseñaba el partido en el vestidores con el uno a uno en su contra, Romano quizá vio un partido equivocado en su apuesta por tener todo el tiempo el balón olvidando que el contrario también piensa. Y ahí dejó, en el vestuario de Núñez, y en el intermedio del América, su posibilidad de rematar al desconcertado rival de la primera fase del juego. El segundo tiempo fue otra historia y la lección de River fue atacar y presionar con esquema cambiado y con más salida vertical.


Esa fue la clave del partido que ganó River en la Libertadores sobre el final y al mejor estilo Simeone, ante un rival mexicano que pudo graduarse de grande y se achicó. Pero el eje de nuestro comentario no es solamente lo futbolístico. Es también la triste actitud repetida y hasta ofensiva a esta altura para un cronista y un público que siente insultada su inteligencia. ¿Por qué siempre las excusas ocupan en el lenguaje de los equipos mexicanos el lugar que debería ocupar la autocrítica? ¿Y por qué siempre desde la vocearía de los mexicanos aparece en el mapa el extraño complejo de sentirse menos que el resto de Suramérica si su historia en estos eventos demuestra que México ha sido siempre un leal protagonista?


Extrañas preguntas para respuestas tan pobres que quizá nacen de la frustración ante los resultados puestos, pero que no deberían ser así, porque están cruzando umbrales de tolerancia que cualquiera con dos centímetros de frente en un futuro muy inmediato va a refutar con argumentos tan contundentes que alguien va a quedar muy mal parado en el medio futbolístico mexicano.


Repetidas críticas a los árbitros, canchas que no gustan, públicos siempre hostiles, viajes muy largos, lugares de entrenamiento inadecuados, dineros que no se justifican son las frases de casette que siempre escuchamos ante los resultados adversos. Jamás una autocrítica por haber planteado mal un partido o por errores cometidos, nunca un mea culpa a la indisciplina táctica y menos un reconocimientos a la intemperancia dentro del campo. Ya es hora de frenar el llanto y competir como adultos porque desde México muchos han demostrado capacidad para hacerlo.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años para cadenas como Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles. Mayorga colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.