Cara o cruz

Ya no es tiempo de mirar hacia atrás ni revisar detalles de los calendarios del año porque nos hemos pasado buena parte del final del 2007 haciendo ese pesado ejercicio con el fin de encontrar respuestas no solamente a lo físico de los protagonistas, sino además para hallarle soluciones a un almanaque lleno hasta el final de una temporada que es hasta mitad de año para algunos y hasta diciembre para otros. De qué continente provenga la mirada es cosa diferente.


Lo cierto es que el incontenible paso del tiempo devora, y este 2008 ya se deglutió un torneo llamado Interliga, que este año contó con un enemigo inesperado: el frio, un imprevisto climatológico que influyó en que las asistencias no fueran las mejores. Me atrevo a escribir hoy sin estadísticas y lejos de los datos, confiado en el ojo "baqueano" de los años para poder medir la respuesta que dejó el Interliga desde su convocatoria. No fue mala la asistencia, pero, al menos de mi parte, la esperaba mejor. ¿Será tan importante Chivas que es imposible reemplazarlo? Eso parece, pero igual sirvió la experiencia para poder pensar en el perfeccionamiento de un torneo que parece tendrá larga vida por las declaraciones de casa y fuera de casa, así se moleste en México "el Tuca" Ferreti.


En lo organizativo mejoró y las canchas estuvieron en inmejorables condiciones como para evitar disculpas y rezongos repetidos que año tras año escuchábamos desde México por los escenarios de los Estados Unidos. Pero quizá el punto más importante lo ofrezca la competencia que terminó siendo muy emotiva y, dentro de un marco, perfectamente competitivo. América, Atlas, Cruz Azul y San Luís respondieron bien a las expectativas en cuanto a números. Toluca dejó una imagen de buen fútbol, pero fue distante en los resultados, mientras que Pumas, Morelia y Monterrey nos quedaron debiendo mucho.


Y es que no podía ser diferente el torneo para un América lleno de necesidades pensando en su afición. El poder asistir a la Copa Libertadores es un premio para su hinchada y sus jugadores más que para sus directivos y llega a serlo como el producto extraño de una escuela ajena. América no es un equipo que fundamenta su estilo en la "garra" o en la fuerza, sino quiere ver jugar bien a su equipo y el coraje deberá ser un valor agregado a sus costumbres. Por eso nos llamó la atención el colectivo Águila que jugó ante el Cruz Azul. Se dejó golpear todo el partido para sacar como "Ali" su golpe de gracia sobre el final. Valedero sí, pero irreverente con su historia. Al final, más de uno me dirá que está en la Copa y es cierto, pero tendrá que cambiar y mejorar mucho para seguir subiendo peldaños que cada vez serán más exigentes en dicho torneo.


Atlas fue otro cantado. Llegó a Estados Unidos con sólo doce puntos en el último Apertura pero sus ecuaciones anteriores le otorgaron un cupo que parecía perdido antes de empezar. Con el devenir de los partidos, fue mostrando y puliendo la intención futbolera de su nuevo técnico y en tres partidos ya se le notaba a los Zorros una cara diferente.


Entendimos lo que quería Brindisi desde afuera y creo que fue el mismo mensaje hacia adentro. Ganó uno, empató uno y perdió uno en la primera ronda y con escasos cuatro puntos y un "volado" se aferró al reglamento para medirse a San Luís en la final y ahí dio su golpe de autoridad. Jugó bien y mereció lo que alcanzó. Ahora la historia la debe reescribir en Guadalajara ante la Paz F.C. y esperar cual será el desenlace de altura de la CONMEBOL para el juego de vuelta en la repesca. Lo cierto es que hay cara nueva, intenciones nuevas, técnico nuevo y un delantero paraguayo como Achucarro que promete ser un peligroso cóctel de gol al lado de Marioni.


Van los que ganaron. Los perdedores siempre se quejaran y debemos entenderlos. Markarian masculla derrota escudándose en el arbitraje, pero ya a estas alturas esa disculpa parece cada día perder más fuerza. Es cierto que ese es un lunar a corregir del Interliga, pero cien años después pareciera que solo ahora el mundo esté entendiendo que quien pita es humano y se equivoca. ¿O alguien hoy desde cualquier lugar de la tierra podrá ver un arbitraje perfecto? Aprendamos a vivir con ello.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles y colabora con sus artículos en MLSnet.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.