Un rompecabezas

Guatemala llegó en plano de sorpresa a la Copa Oro, pero terminó sorprendiéndose a si misma. Sin ideas, sin coraje y con una defensiva que cubre menos que la sombra en una playa nudista, los chapines deben replantearse demasiadas cosas antes de reiniciar su camino premundialista, donde los esperan dos nuevas aventuras ante Panama y Trinidad y Tobago, donde estaría jugándose sus aspiraciones.


Quiza, el gran problema de los chapines es que ya subidos al tren del desastre, no tomaron en cuenta que los antecedentes cinco derrotas al hilo los ponían más en el plan de un equipo arrepentido que el de un cuadro que buscaba consolidarse.
El técnico Ramón Maradiaga resumió así el fracaso: "en Guatemala no hay más jugadores, con esto es con lo que tenemos que luchar". Y él tuvo razon "no tiene más", pero tampoco puede deslindarse de su responsabilidad de jefe de grupo.
A Guatemala le esperan una lluvia de críticas, pero también una lluvia de incógnitas, que deberán despejar con los únicos argumentos irrefutables en el fútbol: la victoria o la derrota.
Los chapines quedaron a deber, el "Primitivo" quedó a deber, la afición chapina no pudo cobrar las eternas deudas que ha acumulado en su fe.
Ante Jamaica, la azul y blanco demostró que el portero Luis Pedro Molina es incapaz de tener dos noches buenas, y la goleada ante México (0-4) solamente desnudo la poca sensibilidad de Maradiaga para plantear un partido, ya que ante el equipo más fuerte del área envió un experimento con varios jugadores que demostraron sus falencias a la hora buena.
La Copa Oro ha sido un torneo esquivo para sus aspiraciones, ya que luego de ocho ediciones, solamente ha acumulado dos victorias.
Esta, como otras, era la oportunidad para buscar reivindicarse dentro de sus propias aspiraciones. Ni Guatemala antes era tan mala, ni ahora es tan buena. El punto es que en estos momentos su nivel bien podría valerle el pase por primera vez en su historia a un Mundial de fútbol.
Nadie puede descalificar ni calificar a Guatemala por lo hecho en la Copa Oro, pero tambien es cierto que todos estan pendientes de analizar si lo sucedido en California sería un síntoma de que los recursos de han agotado.
A Guatemala lo esperan dos encuentros decisivos y es por eso que deberían de ponerse a trabajar primero en el aspecto motivacional. Carlos Ruiz y Guillermo Ramirez (que ahora quedo a deber) no pueden cargar con todo el equipo, necesitan de un sin número de factores para apoyar sus habilidades.
Los chapines tienen fe, pero les falta contundencia. Tienen gol, pero tambien les falta solidez en su parte baja. Sin equilibrio no hay regularidad y sin triunfos, tampoco habrá boleto mundialista.
Cristian Echeverría es reportero del diario
La Opinión
de Los Ángeles. Desde 1994 es reportero de fútbol y ha trabajado para varios diarios en Guatemala y El Salvador, así como para la revista
Don Balón
en sus ediciones de España y México. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o de sus clubes.