Todo pasa por los técnicos

El Universo futbolístico por fortuna nos permite muchas lecturas sobre determinados y específicos temas dentro de un deporte que como no es ciencia exacta también se permite ciertas libertades de acción y por supuesto de interpretación. El mejor ejemplo sobre el tema de las lecturas pasa hoy por el significado que a estas alturas tienen los técnicos o como les llaman en Europa: los entrenadores.


A comienzos del siglo XX e incluso a mediados del mismo siglo cuando ya el fútbol desataba todo tipo de pasiones y Uruguay era dos veces campeón del Mundo, estos personajes eran casi anónimos y pasaban desapercibidos por el espectáculo que bien es cierto se reducía únicamente al hábitat específico de la locación o en términos deportivos todo pasaba solo por el estadio de fútbol. Hoy la electrónica y los medios han hecho del fútbol un espectáculo absolutamente universal y el partido que se juegue se puede estar viendo en cualquier lugar del mundo en vivo y en directo.


Y eso parece haberlo entendido buen parte del gremio de entrenadores que conscientes del espectáculo que implica la Televisión, cada uno a su manera y con su estilo montan su particular show en la llamada zona técnica. Hasta ahí todo va bien ya que todos tenemos el sagrado derecho a hacer con nuestras vidas lo que nos dé la gana, pero cuando se prioriza el show y ello va en detrimento del resultado deportivo y en este caso futbolístico, entonces las cosas tienen otra mirada desde afuera.


El ejemplo más claro está en el entrenador del Real Madrid, Mariano García Remón un hombre que para muchos en el mundo, aparte de los españoles, nadie conocía hasta que llegó a reemplazar a Camacho el breve en el banco del Madrid. ¿Qué papel hace García Remón en el equipo blanco? Perdónenme, pero no juega a nada. Su equipo no existe como equipo y en la cancha sólo se ven correr sin saber como un grupo de estelares que el aficionado no sabe si asistió a un partido de fútbol o si es testigo de la grabación de un comercial de televisión para una marca de balones. El Madrid nunca había corrido tanto, como dijo Menotti, pero tampoco nunca había corrido tan mal. El Barcelona mientras tanto tiene en el holandés Frank Rikjard un hombre con escuela de trabajo y disciplina táctica que asesorado por Cruiff -quien dirige por debajo de la mesa- ha logrado ensamblar un equipo con orden y sobre todo con actitud. Esto último especialmente le sobra al Barcelona y no lo tiene el Madrid. Cada uno es el reflejo de su técnico en lo moral y en lo deportivo.


Y no nos podemos quedar solo con los clásicos ejemplos de España, por que en México vemos de lo mismo y muy en positivo equipos como Pumas, Monterrey y la misma selección que son el reflejo de nombres como el de Hugo Sánchez, Miguel Herrera o el mismo Ricardo Lavolpe.


Estados Unidos y la MLS tiene sus particulares ejemplos en oncenos como el D.C. United o el Kansas City Wizards. El primero fue en la última temporada el sello personal de Peter Novak como jugador hasta que se retiró y eso mismo con su personalidad y su fútbol se lo quiso trasladar al colectivo de Washington. Al final D.C. fue Campeón y claro el título se lo disputó un hombre como Bob Gangsler, veterano y respetado con un fútbol algo más defensivo, pero atrevidamente ordenado. Ver ese Kansas debe ser como mirar el escritorio de Gangsler: Orden y prolijidad.


Ejemplos sobran. En La Argentina Bianchi, Bielsa y ahora el Tolo Gallego se matriculan de mitos porque sus equipos reflejan en la cancha lo que ellos quieren y en muchas ocasiones lo que han sido algunos como futbolistas. Es el técnico que sabe transmitir el mensaje y el jugador que sabe captar lo que el estratega quiere y propone. No es fácil lograrlo, pero cuando se da esa unión los resultados están a la vista. O pregúntenle en Colombia a los jugadores por el discurso sencillo, pero contundente de Rueda en la selección muy diferente a la falta de discurso que sobre el final mostró Maturana.


Los equipos son el reflejo de su técnico y eso debería servirle de lección al Madrid que se preocupa mucho por comprar cosméticos como si con eso dejara de oler mal el brazo por falta de baño.


Ricardo Mayorga es el primer comentarista de las cadenas Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Angeles.