Rumores que no hacen bien

Los grandes intereses económicos que están en juego cuando se habla de fútbol llevan en muchas ocasiones a intentar cualquier método con el fin de lograr el objetivo.


Nunca hemos aceptado, ni lo haremos, que los resultados de los partidos se puedan arreglar de antemano, ni que la totalidad de los protagonistas se pongan de acuerdo para volcar un marcador a favor de uno u otro equipo.
Pero convengamos que tampoco podemos tapar el sol con un dedo, ni desconocer que en los últimos tiempos, por ejemplo, los arbitrajes poco honestos han estado a la orden del día en el plano internacional, obligando incluso a FIFA a tomar expresas medidas al respecto e incluso hacer jugar de vuelta algunos encuentros cuyo trámite y posterior resultado fueron más que dudosos. Así jueces de Alemania y Brasil, entre otros, han sido expulsados de los registros y, en algunos casos, sentenciados por la propia Justicia de sus respectivos países.
Tampoco es cuestión de aceptar cuanto rumor se le ocurre a los aficionados lanzar al vuelo, con el fin de disimular carencias tácticas o individuales de determinados equipos. Siempre tenemos presente la duda que se sembró sobre aquel partido del Mundial de 1978, cuando Argentina necesitaba golear a Perú para seguir en carrera y lo logró. En lo personal, y estuvimos presentes en esa ocasión en la ciudad de Mendoza, escenario del encuentro, estamos convencidos de que fue absolutamente normal, pero mucha gente dudo al respecto, incluso declaraciones poco afortunadas de alguno de los actores de ese partido colaboraron para complicar más el panorama al respecto.
Hoy día, las Eliminatorias de todos los Continentes están en marcha. Es el último esfuerzo por llegar al máximo evento que se realiza en este deporte, que genera por encima de la vidriera que es para el jugador intervenir en él, una suma muy importante de dinero para las respectivas Federaciones, al punto tal, que para muchas, puede significar el continuar con su actividad normal o declararse prácticamente en bancarrota.
En las últimas horas el técnico de la selección chilena, Nelson Acosta ha dicho, sin tener ninguna prueba al respecto para realizar la denuncia donde y como corresponde, que tiene serias dudas de un desarrollo normal del último partido entre Uruguay y Argentina a disputarse esta semana en Montevideo, haciendo referencia al encuentro de las Eliminatorias anteriores, en que celestes y albicelestes culminaran su encuentro empatando en cero y donde, también para algunos, los argentinos no pusieron el mayor esfuerzo por ganar ese compromiso. Cabría recordar que Acosta, quien nació en el Uruguay, ha renegado de su nacionalidad para adoptar la chilena y a través de su larga y poco brillante carrera como futbolista, acostumbró siempre a 'ensuciar la cancha', como se dice en términos futbolísticos, haciéndole poco bien al deporte que le ha dado la posibilidad de disfrutar del bienestar económico que hoy posee.
Otro ejemplo de poca ubicación surgió de parte del futbolista colombiano Iván Ramiro Córdoba, brillante en su profesión, pero generalmente poco afortunado al realizar declaraciones. Haciendo referencia al mismo encuentro que Acosta, el defensa expresó que su país no depende sólo de ganar en Paraguay en la última fecha, sino de que no existan 'cosas raras' en otros escenarios. Convendría recordarle a Córdoba que las Eliminatorias no se deciden en un partido, sino a lo largo de casi tres años de competencia. Que si su equipo hubiera a esta altura obtenido, por méritos propios, los puntos necesarios para clasificar, no tendrían que estar rezando en la última jornada. Y en materia de resultados dudosos, reitero, en los cuales personalmente no creo, convendría también a la hora de decir tonterías, repasar la goleada de Colombia en la propia Asunción, sobre Paraguay, en la última fecha también de las Eliminatorias de Corea/Japón 2002.
Tampoco es aceptable que equipos clasificados, ya sea para el Mundial, o el torneo que sea, local o internacional, especulen con poner o no sus mejores futbolistas en los últimos encuentros, con el fin de favorecer a terceros, con el perjuicio que puede esto significar obviamente, para otros involucrados en la clasificación. Quienes actúen de esta manera deberán explicar fundamentalmente a los aficionados su actitud al respecto. Y conste que en este caso no sería un problema legal sino moral lo que estaría en juego en esas circunstancias.
Lo dicho, rumores que no le hacen nada bien al fútbol, que nacen de los propios protagonistas sin darse cuenta que puede ser el principio del fin, de sus respectivas carreras. Y no podemos olvidar nunca que para afirmar algo de esas características deben llegar acompañado de las respectivas pruebas al respecto. De lo contrario, es mejor callarse la boca.
Robert Sierra, comparte la conducción del programa "Sólo Fútbol" y en las transmisiones radiales del MetroStars por Radio WADO en Nueva York, es un periodista con años de experiencia en Uruguay y en los Estados Unidos. Si quiere hacerle algún comentario, escríbale a Sierramls@yahoo.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.