Mayorga: Por el bien del juego

En medio de una opulencia que quizá no se compadece con la realidad del mundo actual, especialmente en el suelo africano, la FIFA realizó su Congreso Ordinario Anual de la entidad en la que el presidente Joseph Blatter expuso en su discurso un panorama alentador sobre los progresos del fútbol y tocó temas puntuales en los que, según el, se debe mejorar para hacer crecer aún más esa enorme empresa a nivel orbital llamada fútbol.


Está bien que Blatter se refiera al crecimiento del fútbol, pero mejor aún suena el hecho del estado de conciencia que en FIFA existe alrededor del desequilibrio que existe y la marcada realidad de un grupo poderoso económicamente y otro mucho menos favorecido que "abre una brecha contundente entre los más ricos y los más pobres". Algo debe proponer la FIFA que de ahora en adelante trabajará con una comisión llamada desde hoy justamente "Por el Bien del Juego" que intentará cerrar esa profunda brecha entre unos y otros para que la igualdad reine. Claro que todos de verdad sabemos que es casi imposible la tarea y que el poder siempre se expresa en cifras y va ser muy difícil ver federaciones del tercer mundo futbolístico pudiendo actuar con la misma logística que lo hacen Inglaterra, Alemania, Brasil, Argentina, Italia o Estados Unidos.


El sueño de Blatter vale y se le acredita aunque el desafío no es para nada fácil ni manejable. Los poderosos siempre manejarán números contundentes para las grandes contrataciones a nivel de clubes y los pobres se encargarán de matizar sus torneos con huelgas y rebeldías por carencia de dinero. Ejemplos abundan y el caso del fútbol boliviano es el mejor ejemplo. Allí se vive estrictamente de la taquilla y de ella dependen los sueldos de los jugadores generando semana a semana crisis y ansiedades desde la base misma que propone FIFA que son los actores y los clubes.


Otro panorama totalmente polarizado se vive en México que se ha convertido en el paraíso futbolístico del continente americano en este comienzo del siglo XXI. Contribución valiosa la de México al espectáculo, pero si se mira hacia adentro, México en América como España e Inglaterra en Europa parecen vivir de un fútbol prestado por las estrellas extranjeras que al final se refleja en su propia selección nacional.


Habló Blatter también de la sonada intervención de algunos estados en el fútbol con la "injerencia de entidades políticas en el fútbol". Una vez más relativa manera de ver las circunstancias que ello deriva. Mucha razón desde el ángulo de evitar la mezcla política con un deporte como el fútbol que posee sus propias leyes y sus propios tribunales, pero podríamos hacerle ver a la FIFA que en algunos casos, no en todos, esa trinchera que la entidad construye para defenderse se ha convertido en el paraíso fiscal de algunos indelicados expertos en meter la mano y al final seguir metiendo la pata.


Es sano saber que se investigan temas puntuales como la monopolización del fútbol expresada en algunos millonarios dueños de varios clubes en el mundo que despierta suspicacias, e igual la mirada obligada a temas como el dopaje, las apuestas, la discriminación y la corrupción tan de moda en algunos países en donde el fútbol se maneja con intereses y emociones y "debe ser como una verdadera empresa".


Me llamó la atención que no se tocó el tema del arbitraje hoy tan de moda por la declarada necesidad de modernizar en algunos casos aprovechando la tecnología, aunque en otros más exactos queda la certeza ortodoxa de seguir manejándose como hasta ahora, aunque se legisle con el video y una nueva manera de rearbitrar los partidos. En síntesis, Marraquech recibió al fútbol y abre la puerta de África pensando ya en el 2010.


Ricardo Mayorga, ha sido comentarista por doce años de Telemundo, Univision y Telefutura en Estados Unidos además de periodista sindicado de radio y columnista de periódicos como Triunfo en Atlanta, El Tiempo Latino de Washington y HOY en Nueva York, Chicago y Los Ángeles.