La MLS también debe codearse con el Sur

Durante la pasada semana, la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol) anunció que para su próxima edición de la Copa Suramericana contará con tres invitados del área de la CONCACAF.


La noticia es magnífica y se debe aplaudir la posibilidad de que clubes de nuestra zona geográfica-futbolística se midan con los grandes del cono sur, pues cabe recordar que el actual monarca de ese torneo es Boca Juniors de Argentina, ni más ni menos.
Hay, sin embargo, un pelo en la sopa: los dirigentes de la Conmebol ya han adelantado que los invitados serán dos equipos de México y uno de Costa Rica.
¿Y el resto de la membresía?
¿Por qué no se toma en cuenta para esta clase de torneos a los clubes de la Major League Soccer, que también se cobijan con la bandera de la CONCACAF?
La respuesta es fácil de encontrar: el criterio para hacerse merecedor a una invitación como esa no pasa por lo futbolístico, sino más bien por lo comercial.
Y como referencia está muy cerca el tema de las presencia, cada vez más notoria, de los clubes mexicanos en la Copa Libertadores de América.
La incursión del balompié azteca en la prestigiosa justa suramericana ha venido gestándose desde hace mucho tiempo atrás mediante un intenso cabildeo de la dirigencia mexicana ante sus colegas de la CSF.
Primero se abrió un pequeña rendija a través de un convenio económico entre el fútbol venezolano y el mexicano, cuyos clubes disputaban las plazas correspondientes en la Libertadores a los equipos de la tierra de Simón Bolívar.
Después, y a fuerza de que Cruz Azul, Atlas, América y algunos otros participantes demostraran merecimientos futbolísticos y capacidad competitiva como para ser dignos participantes en el añejo torneo, sumado todo eso al impacto comercial y de audiencia de televisión que la presencia del fútbol mexicano significa para la competencia, la Conmebol le dió a los clubes aztecas el pase directo a la Libertadores.
Primero fueron dos plazas. Hoy son dos y media.
Y para quienes se pregunten cómo es que la MLS puede hacer para lograr que a su fútbol cenicienta le permitan probarse la zapatilla y meterse al baile con el principesco balompié suramericano, existen respuestas.
En principio, hay que seguir los pasos de la dirigencia de la Femexfut: alguien tiene que iniciar una labor de cabildeo, realizar una campaña promocional, elaborar un plan de acción que tenga como meta el llevar al D.C. United, al Galaxy o los otros clubes de la liga, a una eventual intervención en los torneos suramericanos.
Si es por invitación, bienvenida sea. Si es mediante la compra. Así, aunque suene feo y grotesco, como lo hizo México inicialmente, pagando en dólares el derecho a disputar con clubes venezolanos el acceso a la Libertadores, pues hay que hacer la inversión.
Y si es mediante un pacto comercial, publicitario, con apoyo de la televisión, pues hay que darse a la tarea de buscar las alianzas correspondientes que posibiliten la incursión de nuestros clubes hacia el sur del continente.
Porque en lo futbolístico, ya los equipos emeleseros ganaron dos títulos de campeón en la CONCACAF y han demostrado que pueden competir con otras fuerzas del fútbol internacional.
Además, en la campaña promocional y política del futbol de la MLS, la candidatura se debe lanzar a través de la plataforma correspondiente, que es la oficina de la CONCACAF en Nueva York.
Porque, finalmente, cualquier cruce fronterizo entre clubes de diferentes confederaciones para intervenir en competencias oficiales, debe ser avalado por ambos organismos.
Es decir, en el caso de la participación de Chivas, Tigres y Pachuca en la actual edición de la Libertadores, antes de que se organizara el Torneo InterLiga que clasificó a dos de esos clubes y de que el tercero surgiera de otra serie eliminatoria, hubo una invitación oficial por parte de la Conmebol y un aval, también de carácter oficial, por parte de la CONCACAF, dando la luz verde para que sus clubes agremiados compitan en un torneo de otra confederación.
Por cierto, que la Concacaf pone ciertas condiciones para otorgar dicho aval al fútbol mexicano: que sus clubes campeones de los últimos torneos participen en la Copa de Campeones del propio organismo y que sean otros los que vayan a la Libertadores.
Y es por ahí por donde la MLS puede 'sugerir' al organismo cuyos destinos conduce el trinitario Jack Warner, que condicione la concesión del aval a la cesión de una plaza en la Libertadores o de la Copa Sudamericana, a otros clubes de la región.
También podría ejercer el organismo concacafero alguna presión a sus colegas suramericanos, una vez que ya el romance con el fútbol mexicano se encuentra en todo su apogeo, que abran otros cupos para que clubes de la MLS, de Centroamérica, o del Caribe, se disputen la posibilidad de ir a sus torneos o, por lo menos, de disputar algunas de las series pre-clasificatorias, como las que tuvo la Copa Libertadores este año.
Las posibilidades son infinitas. Pero son los dirigentes quienes tienen la palabra.
Rigo Cervántez es un conocido periodista con más de 20 años de experiencia, trabajando con medios de renombre como Televisa y La Opinión. Hoy en día se desarrolla como comentarista en las transmisiones radiales de RadioVisa 830 AM en Los Ángeles de los partidos del Galaxy. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.