El fútbol vive tiempos difíciles en todas partes del mundo. Para nadie es novedad, que la mayoría de los clubes, sean del país que sean, deben hacer maravillas para mantener presupuestos que superan las entradas, debiendo balancear los números con las entradas que surgen a través del marketing y fundamentalmente de la televisión.
Torneos como la Copa Libertadores o Sudamericana en
nuestro continente, se juegan en un 80 % con estadios
casi vacíos, sobre todo que para poder cumplir con los
calendarios, que muchas veces coinciden con la
actividad local, deben recurrir a los famosos partidos
entre semana, tan fríos como la soledad de las
tribunas, pero que cuentan con el invalorable aporte
de las cámaras que registran imágenes para todas
partes del mundo.
La necesidad de nuevas fuentes de ingresos ha llevado
a que sean invitados a participar en la Copa
Libertadores, equipos de otras organizaciones, pero
que provienen, como es el caso especial de México, de
un mercado muy fuerte en el orden económico y que
hasta el momento han sido muy buenos animadores de
este certamen.
Para las selecciones nacionales el panorama no es
menos duro. En el caso de Sudamérica, la asistencia
de espectadores a los espectáculos de las
eliminatorias, ha mermado considerablemente, en
especial en los encuentros en los que participan
equipos que no pasan por un buen momento y que
difícilmente puedan acceder a un cupo en el próximo
Campeonato del Mundo de Alemania en el 2006.
En los Estados Unidos el panorama es diferente. El
progreso del fútbol es evidente y con él la atracción
a los espectadores, algo reacios en principio, pero
que poco a poco se van acostumbrando a los clubes
locales, con el correr de las temporadas. Una política
acertada en la conducción por parte de la MLS, y la
continuidad de los torneos aún con pérdidas que serán
seguramente, cada vez menores en el futuro, ha
permitido lograr una credibilidad que muchos dudaban
se podía alcanzar en el inicio, cuando se comienza a
disputar la décima temporada. Desde luego que en un
país tan grande, el avance es mayor en algunas zonas
que en otras, que el Oeste, tiene comunidades latinas,
por ejemplo, que favorecen más la concurrencia, pero
todo es cuestión de tiempo en el resto.
Dentro de este panorama, la Copa de Oro es una
gratísima realidad. Desde 1991 que se inauguró el
certamen, organizado por CONCACAF, el éxito se ha
mantenido en todo aspecto y hoy incluso, puede darse
el lujo de disputarse en seis ciudades diferentes, con
una expectativa tan grande, que puede descontarse la
venta total de las localidades. Entre el 6 y el 24 de
julio, todo el territorio norteamericano, desde
Seattle hasta Boston, pasando por Miami, Los Ángeles,
Houston y finalmente Nueva York, comentarán las
incidencias de un evento que contará con la
participación de 12 países, con algunos invitados
especiales, que en esta ocasión, serán la gran
atracción del torneo.
Con gran visión y por diferentes motivos que avalan
que Nueva York es la Capital del Mundo, la etapa final
del evento, se llevará a cabo en el mundialista Giants
Stadium, de East Rutherford, en Nueva Jersey y estamos
seguros, habrá que adquirir con mucha anticipación las
localidades para poder acceder a esos encuentros en la
definición del torneo.
Tres grupos de cuatro equipos se han confeccionado
para el desarrollo del certamen. En el Grupo A, la
presencia de la renovada selección colombiana, es
seguro que tendrá un margen muy importante de
seguidores que junto a Honduras, Trinidad y Tobago y
el sorprendente equipo de Panamá, disputarán su
clasificación en la ciudad de Miami. Bastante más al
norte, en Seattle y en la ciudad de Boston, tendrán
lugar los encuentros del Grupo B, donde Estados Unidos
surge como el favorito, mientras Costa Rica y Canadá,
ganador en una ocasión junto a Cuba conforman un
panorama bastante parejo. Y en el Grupo C, sin duda
que México acapara la atención. La historia de los
aztecas en la Copa de Oro, tiene un riquísimo sabor,
tras haber alcanzado la cima en cuatro ocasiones,
1996, 97, 98 y en el 2003. Sus rivales serán
Guatemala, que pasa por un buen momento y Sudáfrica
y Jamaica, dispuestos a dar la sorpresa y convertirse
en la revelación del evento, aunque el Tri tiene el
compromiso de seguir cosechando victorias que
simplifiquen su camino hacia el próximo mundial.
Un espectáculo apasionante. Fútbol en serio y del
bueno, tal como hemos reclamado, en todo el país y con
temperaturas, que en esa fecha, serán más que
agradables también, en el estadio que sea. Nueva York
necesita de espectáculos de este tipo y así lo ha
entendido la CONCACAF, brindándole la posibilidad de
tener la etapa principal de un torneo como pocos.
Bienvenida sea la Copa de Oro.
Copa Oro. CONCACAF 2005
Grupo A
Honduras
Panamá
Trinidad y Tobago
Colombia
Grupo B
Costa Rica
EE. UU.
Canadá
Cuba
Grupo C
Sudáfrica
Guatemala
México
Jamaica
HISTORIA DE LA COPA ORO
AÑO CAMPEÓN SUBCAMPEÓN SEDES
1991 USA Honduras Los ÁQngeles, Pasadena (USA)
1993 México USA Dallas (USA); México D.F. (México)
1996 México Brasil Anaheim, San Diego, Los Ángeles (USA)
1998 México USA Oakland, Miami, Los Ángeles (USA)
2000 Canadá Colombia San Diego, Miami, Los Ángeles (USA)
2002 USA Costa Rica Pasadena, Miami (USA)
2003 México Brasil Foxboro, Miami (USA); México D.F. (México)
Robert Sierra, compartiendo la conducción del programa "Sólo Fútbol" y en las transmisiones radiales del MetroStars por Radio WADO en Nueva York, es un periodista con años de experiencia en Uruguay y en los Estados Unidos. Si quiere hacerle algún comentario, escríbale a Sierramls@yahoo.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.