Guerra en la CONCACAF

El D.C. United y el Galaxy ya le dieron el título de la CONCACAF a la MLS en 1998 y 2000. Y desde esa época, el triunfo regional no ha vuelto a las vitrinas de la liga estadounidense, que no obstante, ha ganado terreno en otras áreas como a nivel selección.


Ahora, nuevamente, serán el cuadro galáctico y el Nueva Inglaterra los encargados de luchar por la supremacía de clubes a nivel regional, y encontrarán un doble obstáculo tico en su camino a la gloria.
Galaxy se verá las caras con el Saprissa, actual campeón de la región, que viene de un proceso de dos años con el técnico Hernán Medford y que en su última actuación relevante, representó a la CONCACAF en el Mundial de Clubes, donde se ubicó en la tercera posición perdiendo únicamente con el Liverpool de Inglaterra.
El actual campeón del futbol de los Estados Unidos no ha realizado fichajes y se las verá con un cuadro costarricense que no aspira menos que a superar la primera ronda.
Con su orgullo de jugar solamente con jugadores nacionales, la escuadra morada ha sido un constante protagonista de las finales de CONCACAF, y se ha distinguido por ser el verdugo de los clubes mexicanos, tales como el Monterrey y Pumas.
Y éste será un partido de morbo. Steve Sampson, seleccionador tico en 2003 podrá mostrar qué tanto sabe de los jugadores costarricenses, y qué tan preparado estará para ratificar su buen momento.
Asimismo, sobresale en el equipo morado, Walter Centeno, el mediocampista creativo que más deseó Sampson en el inicio de su gestión con el equipo galáctico.
A los saprissistas también los enfrenta con el Galaxy una instancia especial. Su dueño, el mexicano Jorge Vergara, es también copropietario de las Chivas USA, archirrival angelino en el Home Depot Center.
Será un partido de doble rivalidad y con un doble premio. Ya que el ganador de esta serie tendrá grandes oportunidades de alzarse con el título. Los angelinos aún recuerdan la final que se adjudicaron ante el Olimpia hondureño y que les valió su boleto para el Mundial de Clubes de 2001, que finalmente no llegó a realizarse.
Y los Revs, por su parte, comparecen de nuevo en un torneo donde no han ganado mucho. El rival para la pandilla de Taylor Twellman será la Liga Deportiva Alajuelense, que sigue siendo uno de los equipos más complicados del área.
El Revolution llega con su "Triángulo de la Muerte" compuesto por Pat Noonan, Clint Dempsey y Twellman, más el auxilio en ofensiva que podría significar el guatemalteco Willie Sims. Al menos en ataque, los de Steve Nicol tendrían una gran ventaja.
Sin embargo, no pueden olvidarse que enfrente tendrán a uno de los líderes de la liga tica y que se ha constituido en un ejemplo de regularidad. El Nueva Inglaterra tendría razones de sobra para pensar en que debe esforzarse al máximo para superar el difícil escollo que significa la escuadra manuda. Si ambos pasan, podrían verse las caras ante sus pares mexicanos (Toluca y América) que en el papel tendrían compromisos accesibles.
Y mientras el Alajuela tendría la oportunidad de volverse a erigir como un cuadro con mucho peso en el área, los Revs querrán, finalmente, dar el gran paso en la Confederación para ganarse el respeto.
Y aunque desde hace algún tiempo se le ha restado importancia a este campeonato, no cabe duda que para la MLS este año significa la oportunidad de demostrar en su primera década que tiene argumentos para reinar en el área.
Cristian Echeverría es reportero del diario
La Opinión
de Los Ángeles. Desde 1994 es reportero de fútbol y ha trabajado para varios diarios en Guatemala y El Salvador, así como para la revista
Don Balón
en sus ediciones de España y México. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o de sus clubes.