El público hay que cuidarlo

El pasado fin de semana se registró en el estadio de Los Gigantes, de East Rutherford, Nueva Jersey, la mayor asistencia de espectadores de la presente temporada en dicho escenario deportivo. Más de 30 espectadores, 32,864 para ser más exactos, superaron en las tribunas los 31,419 que nos había deparado la anterior presencia del D.C. United.


La cifra es realmente muy buena, si tenemos en cuenta que en general, cuesta bastante ver 20,000 espectadores en las tribunas, de manera especial, cuando el equipo dueño de casa, MetroStars, no ha podido darle a sus seguidores, ninguna satisfacción en lo que va del año, más allá de algún triunfo aislado que pareció ser el comienzo de un gran momento y que, por ahora, no se concretó. Y convengamos que en un medio de tanta competencia en todo aspecto, el fútbol no es teatro, ni los estadios son escenarios de Broadway.


Es posible que la presencia de Freddy Adu, el joven delantero de Washington, volviera a ser el motivo fundamental del aumento de público, atraído por el talento indudable de este muchacho que está en carrera de convertirse en un buen jugador de fútbol. La rivalidad que siempre ha existido entre los góticos y el representante de la Capital de la Nación, incrementada con la presencia de un par de ex jugadores, algunos recordados con mucho cariño, otros nos tanto, son otros de los motivos que pesan a la hora de ver este partido.


Pero más allá de todos los argumentos que podamos barajar para justificar una presencia tan importante, lo realmente trascendente, es ofrecerle a esa gente un espectáculo digno, que genere la misma expectativa para el futuro y que no se reduzca a la presencia del D.C. United y sus estrellas, sino que se prolongue a cada una de las actuaciones del conjunto de la zona. Si por el motivo que sea llegaron al estadio y el fútbol desplegado por ambos los deja conformes, es seguro que volverán.


Lamentablemente parece que no todos los tienen claro.


No han entendido que cada vez que salen al terreno de juego, deben estar disputando una auténtica final, dando el máximo esfuerzo en todo aspecto, mucho más allá de la importancia de los puntos en disputa, de la trascendencia del resultado en sí de ese enfrentamiento o del rendimiento personal.


El torneo de la MLS se ha caracterizado y es un orgullo decirlo, por un fútbol limpio dentro y fuera del terreno de juego y salvo excepciones, las vivezas tan propias de otras latitudes, no son el común denominador, como tampoco lo es el sacar partido de las debilidades extra deportivas de los rivales.


Estamos en presencia de un año fundamental, decisivo para el futuro, en la antesala de la temporada que puede comenzar a cambiar la historia, con la presencia de dos nuevos equipos y un sistema de disputa que puede tener variantes muy interesantes. Pero no podemos de ninguna forma, dejar pasar este tipo de oportunidades.


El aficionado que llegó al estadio para este encuentro, no vio realmente un buen partido y es posible que llegara a pensar que ese era el mejor nivel que ambos equipos podían ofrecerle, lo que no es verdad, en función de los excelentes planteles que ambos poseen.


Se acercan los partidos decisivos de la temporada. Los playoffs están a la vuelta de la esquina y existe un gran porcentaje de posibilidades en que estos mismos rivales, a los cuales les queda todavía un compromiso del calendario regular, se vuelvan a enfrentar para ver quien sigue el camino rumbo a la final, que se disputará en el Home Depot Center de Los Angeles, el próximo 14 de noviembre.


Apenas en un par de semanas se verán de nuevo las caras estos mismos rivales, en el estadio RFK de Washington y allí el nivel técnico de los dos debe ser superior, dejando la puerta abierta para cuando llegue la segunda ronda del certamen.


En muchas ocasiones hemos escuchado quejas sobre el poco apoyo del público local. La falta de un MetroStars ganador, la ubicación del estadio para quienes deben llegar desde Nueva York o el costo de las localidades y hasta la ausencia de jugadores representativos de sus nacionalidades, han sido excusas barajadas por algunos para no estar presentes alentando al equipo. Todo eso parece estar cambiando y es el momento de capitalizar dicho apoyo. Si se pierde jugando bien, es posible que las cifras no signifiquen más que eso y no estén condicionando la esperanza de alcanzar un mejor resultado en el futuro.


Si hacemos un repaso a las principales Ligas del mundo, debemos coincidir que no es nada fácil, en este momento, tener un marco de 30.000 espectadores en las tribunas y que solo en países donde el fútbol es la gran pasión popular, y no en todos los casos, es posible contar habitualmente con una cifra similar.


Si MetroStars jugando ante el D.C. United pudo convocar una cantidad tan importante, la reflexión es que 'si se puede'. Si los protagonistas adquieren conciencia de cuan importante es cuidar esa gente, es posible que muy pronto, estemos festejando a menudo una presencia similar.


Robert Sierra, compartiendo la conducción del programa "Sólo Fútbol" y en las transmisiones radiales del MetroStars por Radio WADO en Nueva York, es un periodista con años de experiencia en Uruguay y en los Estados Unidos. Si quiere hacerle algún comentario, escríbale a Sierramls@yahoo.com. Este artículo no fue sujeto a la aprobación de la Major League Soccer o sus clubes.